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Traspasar la ''delgada línea roja''

Pero ya se sabe que hasta en esto de las dimisiones se aplica con descaro y tronío aquello de la parte ancha del fonil. Los que están del bando del que dimite tienen ahora la oportunidad de reclamar lo mismo a los que se aferran a las poltronas y a las alambicadas teorías de la conspiración. Mientras eso llega, la derecha dice que Garzón ha sobrepasado “la delgada línea roja” de la prevaricación (cuidado con el colorcito y con las traiciones del subconsciente) por haber osado investigar al presidente de Valencia, Francisco Camps, sin inhibirse en favor del muy prestigioso Tribunal Superior de Justicia de esa comunidad. Lo ha dicho con todas sus letras nada menos que el vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial, Francisco de Rosa, que puede alegar en su descargo que fue conseller de Justicia de la Generalitat antes de que el PP lo aupara al órgano de gobierno de los jueces. De Rosa, que tiene apellido de corrupto catalán pero también de zafio humorista, ya ha quedado moralmente inhabilitado para volver a su juzgado de Instrucción número 14 de Valencia, donde nos podemos imaginar cómo se condujo en los tiempos que ambicionaba conseguir lo que ha conseguido.

Pero ya se sabe que hasta en esto de las dimisiones se aplica con descaro y tronío aquello de la parte ancha del fonil. Los que están del bando del que dimite tienen ahora la oportunidad de reclamar lo mismo a los que se aferran a las poltronas y a las alambicadas teorías de la conspiración. Mientras eso llega, la derecha dice que Garzón ha sobrepasado “la delgada línea roja” de la prevaricación (cuidado con el colorcito y con las traiciones del subconsciente) por haber osado investigar al presidente de Valencia, Francisco Camps, sin inhibirse en favor del muy prestigioso Tribunal Superior de Justicia de esa comunidad. Lo ha dicho con todas sus letras nada menos que el vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial, Francisco de Rosa, que puede alegar en su descargo que fue conseller de Justicia de la Generalitat antes de que el PP lo aupara al órgano de gobierno de los jueces. De Rosa, que tiene apellido de corrupto catalán pero también de zafio humorista, ya ha quedado moralmente inhabilitado para volver a su juzgado de Instrucción número 14 de Valencia, donde nos podemos imaginar cómo se condujo en los tiempos que ambicionaba conseguir lo que ha conseguido.