El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Tunantes en el banquillo
Las crónicas lo relatan de manera muy certera. Y por supuesto les recomendamos la que ha redactado nuestro compañero Alexis González, el periodista que mejor conoce la trama corrupta del caso Grupo Europa, que este viernes comenzó a juzgarse en la nueva Ciudad de la Justicia de Las Palmas de Gran Canaria, y más concretamente en la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC). La condición de aforado de uno de los más señeros acusados en este sumario, Jorge Rodríguez, portavoz parlamentario del PP en el momento de producirse los hechos, obligó a la Justicia a elevar la causa a estas instancias tan pintureras. El tiempo transcurrido entre que se descubrió la trama corrupta, consistente en la introducción de una empresa madrileña en ayuntamientos gobernados por el PP para mangonear la construcción de viviendas sociales, y el juicio iniciado este viernes hacía pensar que los acusados adoptarían una táctica de perfil bajo: dilaciones indebidas (mayormente provocadas por sus continuas obstrucciones al proceso), falta de pruebas, atenuantes, el olvido? pero contrariamente a lo que parecía lo más recomendable han optado por perder del todo la vergüenza. De perdidos al río, debieron pensar, y si estamos absolutamente trincados con la mano en la lata del gofio ?añadieron-, lo mejor es acusar a la Policía y al periódico Canarias Ahora de haber tejido una confabulación para arruinar la vida a esas siete almas cándidas. No es la primera vez que esos ampulosos acusados lo intentan. Ya lo hicieron nada más estallar la noticia en 2007 por medio de una querella por injurias y calumnias que nos interpuso el acusado Jorge Rodríguez, querella convenientemente archivada después de unas cuantas idas y venidas a la Audiencia Provincial, empeñada en que se investigara al mensajero, no fuera a ser. Fue una instrucción dura porque a los periodistas a los que el señor Rodríguez nos acusó de confabular contra él fuimos los que tuvimos que demostrar que si alguien debía ser investigado ése debía ser él y no nosotros, y que si teníamos información de mucha calidad sobre sus andanzas en Grupo Europa era porque a) somos buenos haciendo nuestro trabajo, y b) nos enteramos antes que la Policía, que actuó siempre a remolque de nuestras indagaciones hasta que el juez, conservador por más señas, nos ordenó parar para no estropear su investigación. Olvidan además estos tunantes que también nos metió una querella el Partido Popular por un delito de revelación de secretos, saltándose lo que evidentemente sabía, que el único secreto que revelamos es que algunos que van estirados como pírganos en realidad son unos auténticos salteadores de caminos.
Las crónicas lo relatan de manera muy certera. Y por supuesto les recomendamos la que ha redactado nuestro compañero Alexis González, el periodista que mejor conoce la trama corrupta del caso Grupo Europa, que este viernes comenzó a juzgarse en la nueva Ciudad de la Justicia de Las Palmas de Gran Canaria, y más concretamente en la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC). La condición de aforado de uno de los más señeros acusados en este sumario, Jorge Rodríguez, portavoz parlamentario del PP en el momento de producirse los hechos, obligó a la Justicia a elevar la causa a estas instancias tan pintureras. El tiempo transcurrido entre que se descubrió la trama corrupta, consistente en la introducción de una empresa madrileña en ayuntamientos gobernados por el PP para mangonear la construcción de viviendas sociales, y el juicio iniciado este viernes hacía pensar que los acusados adoptarían una táctica de perfil bajo: dilaciones indebidas (mayormente provocadas por sus continuas obstrucciones al proceso), falta de pruebas, atenuantes, el olvido? pero contrariamente a lo que parecía lo más recomendable han optado por perder del todo la vergüenza. De perdidos al río, debieron pensar, y si estamos absolutamente trincados con la mano en la lata del gofio ?añadieron-, lo mejor es acusar a la Policía y al periódico Canarias Ahora de haber tejido una confabulación para arruinar la vida a esas siete almas cándidas. No es la primera vez que esos ampulosos acusados lo intentan. Ya lo hicieron nada más estallar la noticia en 2007 por medio de una querella por injurias y calumnias que nos interpuso el acusado Jorge Rodríguez, querella convenientemente archivada después de unas cuantas idas y venidas a la Audiencia Provincial, empeñada en que se investigara al mensajero, no fuera a ser. Fue una instrucción dura porque a los periodistas a los que el señor Rodríguez nos acusó de confabular contra él fuimos los que tuvimos que demostrar que si alguien debía ser investigado ése debía ser él y no nosotros, y que si teníamos información de mucha calidad sobre sus andanzas en Grupo Europa era porque a) somos buenos haciendo nuestro trabajo, y b) nos enteramos antes que la Policía, que actuó siempre a remolque de nuestras indagaciones hasta que el juez, conservador por más señas, nos ordenó parar para no estropear su investigación. Olvidan además estos tunantes que también nos metió una querella el Partido Popular por un delito de revelación de secretos, saltándose lo que evidentemente sabía, que el único secreto que revelamos es que algunos que van estirados como pírganos en realidad son unos auténticos salteadores de caminos.