El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
“A ver si te estás calladito”
La frase la pronunció un destacado dirigente de Coalición Canaria en el pasillo del Parlamento regional. Iba dirigida a Gustavo Matos, diputado del PSOE, que en esos momentos se encontraba charlando con otros compañeros de su partido. La oyeron todos los presentes: “A ver si te estás calladito de una vez; ya que no te lo dicen los tuyos, te lo digo yo”. Sicilia. Gustavo Matos pasa por ser el único dirigente del PSOE (es secretario de Políticas Municipales en la Ejecutiva Regional) que de vez en cuando levanta la voz frente a los continuos desplantes a los que Coalición Canaria somete a su actual socio de gobierno. Además, es lagunero y respira el mismo aire asfixiante que respira Javier Abreu, primer teniente de alcalde y sufridor máximo de las estrecheces de un pacto en cascada que hasta ahora sólo han cumplido los socialistas. Matos saltó cuando conoció el contenido del proyecto de Ley del Suelo con el que el señor alcalde-presidente ha honrado a los empresarios promotores de Canarias. Y no solamente porque incluye prerrogativas máximas para la aprobación del planeamiento a los Ayuntamientos, saltándose cualquier tipo de control legal previo. Ni porque en nombre de los sacrosantos inversores se pueda permitir –de aprobarse la norma- construir casi en cualquier parte sin que mayores miramientos. No, lo que realmente ha cabreado a Matos y a muchos otros socialistas que han preferido callar y sufrir en silencio, es el ninguneo al que Clavijo y los suyos han sometido al PSOE en esta tramitación legal. Como ya hemos contado aquí mismo, en el pacto CC-PSOE no figura la elaboración de una nueva Ley del Suelo, ni por supuesto la barra libre que esta incluye. Por lo tanto, y en aplicación del acuerdo que ambos partidos firmaron, todo lo que no esté en ese documento hay que llevarlo a la comisión de seguimiento, acordar entre ambas partes un borrador o una metodología para elaborarlo y luego, llevarlo al consejo de gobierno con el respaldo de los dos socios. Nada de eso ha hecho el señor alcalde-presidente, que debe creer que todavía está en un ayuntamiento, donde los concejales tienen las competencias delegadas por su superior autoridad y hacen lo que él les dice cinco minutos antes de que empiece el pleno.
“Ay, no me gusta”
Nadie del PSOE debe haberle dicho a Gustavo Matos que se esté calladito, como le pidió ese atrevido dirigente de Coalición Canaria. Seguramente porque todo el mundo en ese partido sabe que tiene razón y que para mudita, la vicepresidenta que comparte con Clavijo mesa y decisiones en el consejo de gobierno. Muy al contrario, es más que probable que Patricia Hernández le haya dicho al señor alcalde-presidente que tire p’alante, que los suyos se van a tragar este sapo con la misma naturalidad con la que se han tragado todos los demás. Por eso Clavijo se permitió hace unos días decir en Radio Club Tenerife que él no tiene por qué reunirse ni con el PSOE, ni con José Miguel Pérez ni con José Alcaraz. Que él se reúne, y porque es así de participativo (pregunten en La Laguna), con colectivos, fuerzas sociales y con empresarios, por supuesto, para luego llevar el proyecto de ley para su aprobación al consejo de gobierno. En este contexto, digamos que unilateral, es donde se atreve a hablar Matos a partir de esa indisciplina supuestamente consentida a regañadientes, lo que obliga a que sean los nacionalistas, y particularmente José Miguel Ruano, el que tiene la encomienda de enfilar al diputado lagunero hasta hacerle morder el polvo a ser posible con escarnio público. O al menos eso intentó hacer el portavoz nacionalista este mismo miércoles a través de su compañera Socorro Beato. Una proposición no de ley (PNL) de Matos reclamando al Gobierno de España una moratoria en la aplicación del sistema de comunicación electrónica en los juzgados (Lexnet) dado el caos que se ha generado, fue aprovechada por CC para intentar endosarle una derrota. La PNL fue negociada –esta vez sí, que para eso la promovía un socialista- con los nacionalistas una vez le dio el visto bueno el consejero de Presidencia y Justicia, Aaron Afonso, del PSOE. Llegado el día de su debate en el pleno, Podemos presentó una serie de enmiendas que el proponente quiso aceptar desde el principio por no desvirtuar en absoluto la intencionalidad de la iniciativa. Pero ahí empezaron los poblemas: Socorro Beato, sin más argumentos que un “ay, no me gusta” empezó a ponerle pegas a la cosa para endosarle un patinazo al proponente.
Tanto ruido para acabar cediendo
Después de las correspondientes idas y venidas y de una adición de última hora por parte de CC, la propuesta se somete a debate en el último tramo del pleno del Parlamento, con muchas de sus señorías ya huidas de la Cámara y con una presidenta, Carolina Darias, con el tanque de la paciencia ya en reserva. Como quiera que Matos había conseguido congeniar las enmiendas de todos y podía ponerse una medalla, la señora Beato soltó desde la tribuna de oradores una perla sobre lo que bebió para la ocasión el diputado proponente: “un Aquarius y se vino arriba porque debe estar en campaña electoral”. Matos se queda perplejo desde su escaño e inicia otra gestión de su PNL, esta vez encaminada a conseguir los votos necesarios para sacarla adelante sin Coalición Canaria y sus enmiendas. De manera ostensible cuenta señalando con uno de sus índices los diputados presentes que le iban a apoyar: PSOE, Podemos, Nueva Canarias, Agrupación Socialista Gomera… Ruano que lo ve, empieza a ordenar que se llame a todos los parlamentarios de CC que habían hecho mutis por el foro, y hasta el disciplinado García Ramos, que ya iba llegando a La Laguna, tuvo que regresar para ocupar su escaño. Carolina Darias que se percata del conato trata de meter a su compañero de filas en cintura y estalla cuando éste habla de la reunión que acababan de tener los portavoces “a los pies de la presidencia”. Ruano, desquiciado, Darias, cabreada con su compañero, la tensión se convierte en irrespirable por una mísera PNL de posicionamiento político ante una imposición del Estado. Pero precisamente por la tensión artificialmente creada por el socio del PSOE, la iniciativa salió adelante con una enmienda de CC, todas las de Podemos y los votos de toda la cámara excepto los del PP, que como es natural cerró filas en torno a su Mariano. Matos seguirá sacando la lengua a paseo para cabreo supino de los nacionalistas.
La frase la pronunció un destacado dirigente de Coalición Canaria en el pasillo del Parlamento regional. Iba dirigida a Gustavo Matos, diputado del PSOE, que en esos momentos se encontraba charlando con otros compañeros de su partido. La oyeron todos los presentes: “A ver si te estás calladito de una vez; ya que no te lo dicen los tuyos, te lo digo yo”. Sicilia. Gustavo Matos pasa por ser el único dirigente del PSOE (es secretario de Políticas Municipales en la Ejecutiva Regional) que de vez en cuando levanta la voz frente a los continuos desplantes a los que Coalición Canaria somete a su actual socio de gobierno. Además, es lagunero y respira el mismo aire asfixiante que respira Javier Abreu, primer teniente de alcalde y sufridor máximo de las estrecheces de un pacto en cascada que hasta ahora sólo han cumplido los socialistas. Matos saltó cuando conoció el contenido del proyecto de Ley del Suelo con el que el señor alcalde-presidente ha honrado a los empresarios promotores de Canarias. Y no solamente porque incluye prerrogativas máximas para la aprobación del planeamiento a los Ayuntamientos, saltándose cualquier tipo de control legal previo. Ni porque en nombre de los sacrosantos inversores se pueda permitir –de aprobarse la norma- construir casi en cualquier parte sin que mayores miramientos. No, lo que realmente ha cabreado a Matos y a muchos otros socialistas que han preferido callar y sufrir en silencio, es el ninguneo al que Clavijo y los suyos han sometido al PSOE en esta tramitación legal. Como ya hemos contado aquí mismo, en el pacto CC-PSOE no figura la elaboración de una nueva Ley del Suelo, ni por supuesto la barra libre que esta incluye. Por lo tanto, y en aplicación del acuerdo que ambos partidos firmaron, todo lo que no esté en ese documento hay que llevarlo a la comisión de seguimiento, acordar entre ambas partes un borrador o una metodología para elaborarlo y luego, llevarlo al consejo de gobierno con el respaldo de los dos socios. Nada de eso ha hecho el señor alcalde-presidente, que debe creer que todavía está en un ayuntamiento, donde los concejales tienen las competencias delegadas por su superior autoridad y hacen lo que él les dice cinco minutos antes de que empiece el pleno.