El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
El vigilante de la varilla
Volvemos a darnos un paseito por la Biblioteca Pública del Estado, en las Palmas de Gran Canaria, para descubrir especímenes que las propias enciclopedias situaban en peligro de extinción. Allí nos hemos encontrado con un guardia de seguridad pequeño, moreno y tirando a mal encarado, que debe aburrirse y sufre ataques de Rambo. Se pasa todo el rato llamando la atención a los lectores de periódicos que tienen la osadía de quitar la incómoda varilla que molesta para leer bien los diarios. Es decir, que el hombre cumple con su trabajo, pero sus modales dejan mucho que desear. En primer lugar llama la atención a grito pelado, con lo cual los demás lectores también se incomodan porque les hace perder la concentración. Luego, no lo hace con la más mínima educación ni corrección. El otro día, a uno que le dijo que pondría la varilla cuando terminara de leer el diario, le contestó: ?No, se la pone usted ahora mismo?. Ya le soplaremos quién es la que recorta el crucigrama de El país, que no se entera el contreras.
Volvemos a darnos un paseito por la Biblioteca Pública del Estado, en las Palmas de Gran Canaria, para descubrir especímenes que las propias enciclopedias situaban en peligro de extinción. Allí nos hemos encontrado con un guardia de seguridad pequeño, moreno y tirando a mal encarado, que debe aburrirse y sufre ataques de Rambo. Se pasa todo el rato llamando la atención a los lectores de periódicos que tienen la osadía de quitar la incómoda varilla que molesta para leer bien los diarios. Es decir, que el hombre cumple con su trabajo, pero sus modales dejan mucho que desear. En primer lugar llama la atención a grito pelado, con lo cual los demás lectores también se incomodan porque les hace perder la concentración. Luego, no lo hace con la más mínima educación ni corrección. El otro día, a uno que le dijo que pondría la varilla cuando terminara de leer el diario, le contestó: ?No, se la pone usted ahora mismo?. Ya le soplaremos quién es la que recorta el crucigrama de El país, que no se entera el contreras.