El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
A vueltas con FCC
Pepa Luzardo no tendrá un lugar de honor en la galería de insignes alcaldes que ha tenido Las Palmas de Gran Canaria, y no lo decimos solamente porque de su gestión no vaya a quedar nada significativo para el futuro de la ciudad, sino porque fue una mala alcaldesa como ha sido estos cuatro años una mala líder de la oposición municipal, incapaz de articular una propuesta de futuro propia de un dirigente político con visión y cabeza. Se queja en estos últimos momentos del mandato municipal del funcionamiento de la mesa de contratación municipal, esa en la que ella está por pura concepción democrática de los que gobiernan ahora, porque bien hicieron ella y su partido, el PP, por sacar a la oposición de los órganos decisorios para que no presenciaran tejemanejes como aquel del concurso de Isolux que tanto comprometió a la que ahora pretende erigirse en impoluta fiscalizadora de las licitaciones públicas. Olvida la señora Luzardo que hace tiempo que cayó la mordaza que, con dinero público, el de las pulseras de la Gran Marina, por ejemplo, le permitía hacer y deshacer a su antojo sin que casi nada se reflejara en la prensa. Ahora cualquiera de los que antes callaban pueden recordar que la señora Luzardo se queja de este concurso de limpieza de colegios porque lo ha perdido FCC, la empresa de la que es representante en Canarias su novio, Ángel Castanedo.
Pepa Luzardo no tendrá un lugar de honor en la galería de insignes alcaldes que ha tenido Las Palmas de Gran Canaria, y no lo decimos solamente porque de su gestión no vaya a quedar nada significativo para el futuro de la ciudad, sino porque fue una mala alcaldesa como ha sido estos cuatro años una mala líder de la oposición municipal, incapaz de articular una propuesta de futuro propia de un dirigente político con visión y cabeza. Se queja en estos últimos momentos del mandato municipal del funcionamiento de la mesa de contratación municipal, esa en la que ella está por pura concepción democrática de los que gobiernan ahora, porque bien hicieron ella y su partido, el PP, por sacar a la oposición de los órganos decisorios para que no presenciaran tejemanejes como aquel del concurso de Isolux que tanto comprometió a la que ahora pretende erigirse en impoluta fiscalizadora de las licitaciones públicas. Olvida la señora Luzardo que hace tiempo que cayó la mordaza que, con dinero público, el de las pulseras de la Gran Marina, por ejemplo, le permitía hacer y deshacer a su antojo sin que casi nada se reflejara en la prensa. Ahora cualquiera de los que antes callaban pueden recordar que la señora Luzardo se queja de este concurso de limpieza de colegios porque lo ha perdido FCC, la empresa de la que es representante en Canarias su novio, Ángel Castanedo.