El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
El Zorro, homenajeado por los suyos
Mientras su abogado intenta hacer creer a la opinión pública y a los jueces que lo mejor es quitarle la pulsera anti violencia de género a Suárez Gil, el ex presidente de la Cámara de Comercio de Gran Canaria continúa con su frenética actividad de relaciones públicas. Este domingo se le pudo ver almorzando en el reputado restaurante De Cuchara con dos de sus más apasionados defensores, el empresario Jaime Cortezo, experto en linderos de Costas, y Luis Hernández, experto en césped regado con dinero público y aspirante a ser gerente del Tren de Gran Canaria. Era una comida de confraternidad, de desagravio por los malos momentos que viene atravesando el Zorro desde que fuera detenido por la Policía. De ahí que apenas se hablara de retomar el poder en la Cámara o de las intenciones de Cortezo para con el Estadio Insular, y sí de los motivos que llevaron a Suárez Gil a deshacerse de aquel bigote tan característico. “Me lo quité para que no me reconocieran”, dijo el irrepetible coordinador empresarial. “Pues te has quitado diez años de encima”, le mentía piadosamente a su lado Jaime Cortezo.
Mientras su abogado intenta hacer creer a la opinión pública y a los jueces que lo mejor es quitarle la pulsera anti violencia de género a Suárez Gil, el ex presidente de la Cámara de Comercio de Gran Canaria continúa con su frenética actividad de relaciones públicas. Este domingo se le pudo ver almorzando en el reputado restaurante De Cuchara con dos de sus más apasionados defensores, el empresario Jaime Cortezo, experto en linderos de Costas, y Luis Hernández, experto en césped regado con dinero público y aspirante a ser gerente del Tren de Gran Canaria. Era una comida de confraternidad, de desagravio por los malos momentos que viene atravesando el Zorro desde que fuera detenido por la Policía. De ahí que apenas se hablara de retomar el poder en la Cámara o de las intenciones de Cortezo para con el Estadio Insular, y sí de los motivos que llevaron a Suárez Gil a deshacerse de aquel bigote tan característico. “Me lo quité para que no me reconocieran”, dijo el irrepetible coordinador empresarial. “Pues te has quitado diez años de encima”, le mentía piadosamente a su lado Jaime Cortezo.