Alarma en Fuerteventura por el impacto ambiental de un circuito de motos de agua evaluado por un polémico biólogo

Una moto de agua cerca de la orilla en Playa de Mogán, en el sur de Gran Canaria

Toni Ferrera

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El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico se ha preocupado por el impacto ambiental de un circuito de motos de agua en Caleta de Fuste, en Fuerteventura, ubicado a 700 metros de un espacio marino protegido por la presencia de especies como el delfín mular y la tortuga boba, ambas definidas como “vulnerable” dentro del Catálogo Español de Especies Amenazadas.

En un escrito firmado por el subdirector general de Biodiversidad Terrestre y Marina, Fernando Magdaleno, el Estado considera que el alquiler de motos náuticas en esa zona, a unos 130 metros del Puerto Castillo, en el municipio de Antigua, “puede ser incompatible” con la conservación “favorable” de las especies antes mencionadas, bien por el ruido subacuático de las embarcaciones, la posibilidad de colisiones o la perturbación del comportamiento de los animales.

Magdaleno ha recomendado a la empresa promotora de la iniciativa, Gestión Puerto Castillo SL, sustituir esa actividad en los espacios protegidos “o por defecto en sus límites” por otras de “menor impacto”. Pero también ha abierto la puerta a que la empresa continúe prestando el servicio que lleva años haciendo, según Obdulio Lima, uno de los responsables de la compañía, elaborando un “estudio de repercusiones” sobre la zona. Y eso es lo que la mercantil ha hecho. 

Gestión Puerto Castillo contrató a la empresa Evalúa Soluciones Ambientales, liderada por el biólogo Rosendo López, que ha redactado un informe que descarta que la instalación y operatividad del recorrido de motos acuáticas “pueda causar perjuicio ni repercusiones significativas” al Lugar de Interés Comunitario (LIC) situado a 700 metros, un área integrada en la Red Natura 2000 que también incluye bancos de arena y arrecifes de alto valor ecológico, según ese mismo informe.

La evaluación de López tiene como fecha septiembre de 2024 y el escrito del Ministerio es de finales de julio de ese mismo año, lo que significa que todo el trabajo de campo para llegar a esa conclusión (que las motos no afectan al LIC) duró alrededor de dos meses como máximo. López es un científico cuestionado por grupos ecologistas que dimitió como presidente del órgano ambiental de Adeje, en el sur de Tenerife, semanas después de conocerse que, a la vez que ostentaba ese cargo, asesoró a la promotora del polémico proyecto turístico Cuna del Alma, ideado en esa misma localidad tinerfeña. 

La investigación en Caleta de Fuste se basó en una caracterización del lecho marino en los cuatro puntos donde están colocadas las boyas del circuito y en un análisis bibliográfico. El expediente es público y contra el mismo pueden presentarse alegaciones hasta el próximo martes. Este también recoge la memoria técnica del proyecto y un plan de concienciación de “buenas prácticas ambientales” para los usuarios que admite que “la interacción con la fauna marina es segura”. 

Una zona “especialmente relevante” para el delfín mular

El escrito de la Subdirección General de Biodiversidad Terrestre y Marina, basándose en su propia cartografía, considera que el área de actuación se localiza en una zona “especialmente relevante” para el delfín mular y de común presencia de otros cetáceos como el delfín listado, el calderón gris, el zifio de Gervais y el cachalote. Conviene recordar que toda la isla de Fuerteventura fue declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 2009 y que cuenta con varias zonas de especial conservación.

Aunque no motivó la declaración del LIC, el Ministerio también ha mostrado inquietud por la posible afección que el circuito de motos causaría al angelote, una especie de tiburón en peligro de extinción que tiene en Canarias el “último bastión” para intentar salvarse y Caleta de Fuste es un “área crítica” para ello. La preocupación del Ministerio radica en la fijación de las boyas mediante un rezón, un tipo de ancla pequeña, en el fondo marino, lo que a su juicio podría impactar en este animal por la ocupación y el arrastre de cadenas, además de incrementar la turbidez.

El análisis de Rosendo López, sin embargo, discrepa. Insiste en la distancia de 700 metros con respecto al Lugar de Interés Comunitario y argumenta la ausencia de citas bibliográficas de especies vulnerables en la zona específica del proyecto.

López indica que el delfín mular presenta una distribución “puntual” en las zonas profundas alrededor de Fuerteventura, “aglutinándose la mayor parte de los avistamientos” en el sur y norte de la isla, pero no “en la franja costera” donde se prevén las motos. Sobre la tortuga boba dice que aparece “predominantemente” en el sur, “siendo nulas las citas” en el entorno del circuito, quizá por la “ausencia de sebadales”. Y con respecto a los otros cetáceos que menciona el Ministerio, apunta que “se suelen encontrar en aguas profundas (alejadas de la costa)”.

“Para el resto de las especies, debido a la elevada presencia de usos en las zonas más próximas a la costa (navegación recreativa, pesca deportivo, excursiones marítimas, buceo, puerto comercial, etc.), estas suelen preferir áreas de aguas profundas, evitando las molestias que generan los citados usos”, resume el informe.

El biólogo también hace una pequeña valoración sobre el angelote tras los comentarios del Ministerio de Transición Ecológica. Expone que la especie “muestra preferencia” por fondos arenosos sobre los cuales no se prevé la instalación de los lastres de fondeo, que sí lo harán sobre “sustrato rocoso”, asegura. Además, señala que las motos circularán “a una distancia considerable de la bahía y de la playa”, donde se encuentran los entornos más “favorables” para su distribución. 

López concluye en resumidas cuentas que es “nada significativo” el potencial impacto a dichas especies no solo porque “no se registran datos” de su presencia en la zona, sino también porque el puerto ya “se encuentra sometido de manera continua a las presiones generadas” por un muelle deportivo y porque “la actividad de las motos de agua tendrá lugar de manera controlada” en un espacio “frecuentado por embarcaciones”.

El circuito de motos está compuesto por seis embarcaciones y su operatividad está prevista para todo el año. El horario de actividades es de 10:00 a 17:00 en invierno y de 10:00 a 18:00 en verano. Solo en 2023 se registraron 1.975 alquileres, generando un total de 118.500 euros para la empresa (60 euros por alquiler).

Uno de los responsables de Gestión Puerto Castillo, Obdulio Lima, reconoce que es la primera vez que el Estado les exige la entrega de un informe ambiental por las posibles afecciones sobre un espacio protegido. La Dirección General de Costas y Gestión del Espacio Marítimo Canario fue la que envió al Ministerio la documentación después de que la promotora solicitara la renovación de la autorización de uso.

La científica y directora del Observatorio de Basura Marina de Fuerteventura, Bárbara Abaroa, ha estudiado el proyecto al milímetro y cuenta con una opinión muy crítica al respecto. Defiende que el movimiento de las especies no se limita a los “recuadritos” de distribución que figuran en un mapa y que por ello es casi imposible descartar que pueda haber encontronazos con ellos en el circuito.

Sobre el angelote, Abaroa admite que no les va a afectar el balizamiento, “pero sí el ruido”, algo en lo que el informe ambiental apenas ha profundizado, en su opinión (detalla que la actuacion es de “mínima envergadura” y no generará “altos niveles de ruido”). La experta cita estudios recientes que demuestran que la presión turística y el tráfico de embarcaciones provocan “estrés” y “comportamientos diferentes” en los animales, incluso en el ámbito reproductivo.

Pone como ejemplo al delfín mular, para el que la ciencia ya ha constatado que huye de las áreas marinas protegidas por la presencia de embarcaciones y otras actividades de recreo. “El ruido constante emitido por motos de agua tiene un efecto negativo en la comunicación de este tipo de delfines”, remacha Abaroa.

La iniciativa de Gestión Puerto Castillo ha elaborado un manual básico de buenas prácticas ambientales para permitir la “convivencia sostenible” de la actividad de motos acuáticas con el entorno. Ese documento, entre otras cosas, prohíbe la navegación fuera del circuito, salvo para la entrada y salida del mismo, y no superar la velocidad obligatoria (las motos tienen una potencia limitada de 54,4 caballos) puesto que, “a mayor velocidad, mayor ruido submarino y, por lo tanto, mayor probabilidad de molestar a la fauna marina sensible (cetáceos) o que se produzcan colisiones”.

Este periódico ha intentado contactar con el biólogo Rosendo López, pero hasta la fecha de la publicación de este artículo, no ha habido respuesta.

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