El asteroide 20023 DZ2, descubierto desde Canarias, no chocará con la Tierra pese a que sus trayectorias se cruzan

Europa Press

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Los datos y los cálculos que han obtenido científicos de varios países ha revelado que el asteroide 2023 DZ2, que fue identificado hace sólo seis meses gracias a uno de los telescopios del Observatorio del Roque de Los Muchachos de La Palma, no puede colisionar con la Tierra.

El asteroide sigue una órbita que está sincronizada con la de Júpiter, lo que reduce la probabilidad de una colisión en las próximas décadas de este asteroide, un cuerpo celeste muy sólido, metálico, que gira unas diez veces cada hora y que mide unos 40 metros.

Los investigadores, entre los que se encuentra un equipo de la Universidad Complutense de Madrid, han corroborado que el asteroide no chocará con la Tierra a pesar de que sus órbitas se cruzan porque está afectado por una resonancia secular con el planeta Júpiter que reduce drásticamente la probabilidad de una colisión.

Los resultados de la investigación se han publicado en la revista Astronomy & Astrophisics y han demostrado, informa la Universidad Complutense en una nota difundida hoy, que es posible realizar un estudio detallado y fiable sobre las propiedades físicas de un asteroide en un corto plazo de tiempo.

El investigador Raúl de la Fuente Marcos, del Departamento de Física de la Tierra, Astronomía y Astrofísica de la Universidad Complutense de Madrid, ha subrayado la importancia de disponer de esa información para la prevención y la mitigación de los desastres naturales.

“Los impactos cósmicos, colisiones de asteroides o cometas con la Tierra, son de los pocos desastres naturales que se pueden predecir con gran precisión si se dispone de datos suficientes”, ha destacado el investigador.

Para llevar a cabo el estudio, se han empleado varias técnicas observacionales (espectroscopía o fotometría), algoritmos de aprendizaje automático e inteligencia artificial para identificar nuevos objetos en las imágenes obtenidas con el telescopio, y simulaciones numéricas para explorar su evolución dinámica.

Además de permitir conocer las características del cuerpo celeste, el valor añadido de este trabajo, ha destacado la Universidad Complutense, es que se ha realizado desde una infraestructura europea y que el objeto escapó a la detección por parte de los numerosos programas financiados por el gobierno de Estados Unidos.

“No es habitual que los descubrimientos de objetos que podrían colisionar con la Tierra sean realizados fuera de Estados Unidos. Ni Europa, ni China, ni la Federación Rusa tienen programas tan ambiciosos y con tantos recursos”, ha manifestado Raúl de la Fuente Marcos.

Tras el estudio, los investigadores tienen claro que no hay peligro real de colisión en el futuro a corto (años) y medio plazo (décadas). “Las predicciones más allá del siglo que viene son demasiado inciertas. Se necesitan más datos para realizarlas”, ha concluido este experto.