La compañía Fred Olsen y la Universidad de La Laguna han firmado este jueves un convenio con el que, entre otras medidas, dotarán a los buques de la naviera con cámaras térmicas que optimicen la detección de cetáceos en la Zona de Especial Conservación (ZEC) para evitar así colisionar con ellos.
Esta detección térmica, según ha explicado la investigadora del Departamento de Biología Animal de la ULL Natacha Aguilar en rueda de prensa, puede ser la técnica “más efectiva” en una medida en general “muy complicada” que implica dar suficiente tiempo a la tripulación de los buques para variar el rumbo e impedir el choque.
Investigadores de la ULL probarán durante los dos próximos meses esta cámara en la flota de Fred Olsen, con la que se recogerán datos de los cetáceos y se tomarán imágenes a distintas velocidades, entre otros aspectos.
Tratarán de comprobar así si se es capaz de detectar cetáceos a un kilómetro de distancia, como ha demostrado en otros lugares del mundo, según ha aseverado Natacha Aguilar.
“El peligro de colisión entre embarcaciones y cetáceos está reconocido a nivel internacional y se da más en lugares con gran concentración de cetáceos y de tráfico marino. Canarias ha sido reconocida por la Organización Marítima Internacional (OMI) como uno de los cinco puntos calientes a nivel mundial donde es urgente tomar medidas”, ha recordado Aguilar.
La ULL lideró para ello en 2015 un grupo de prevención de colisiones en Canarias en el que participaron los ministerios de Fomento y Medio Ambiente, el Gobierno de Canarias y las tres navieras presentes entonces en Canarias: Fred Olsen, Naviera Armas y Transmediterránea.
Ese grupo de investigación repasó y estableció una serie de medidas exitosas en el resto del mundo en torno al asunto, y se definieron cuáles serían prioritarias para el archipiélago, que cuenta con una riqueza “especial” de cetáceos, tortugas y demás fauna marina.
Por ejemplo, Estados Unidos consiguió recuperar en dos décadas la población de ballena franca o vasca al disminuir las colisiones, cuando en la costa occidental del Oceáno Atlántico, especialmente por España y Francia, la especie ya se había extinguido por la caza, entre otras cuestiones.
La tasa media de mortandad de cachalotes por colisión en Canarias es de 2,5 al año, ha continuado Aguilar, prácticamente igual que la tasa de crecimiento de la población, también del 2,5 o incluso inferior, lo que supone un riesgo serio para la supervivencia de unos 224 cachalotes, según las estimaciones.
Y durante los cuatro primeros meses de este año, ha continuado Aguilar, vararon cinco cachalotes y rorcuales con signos de colisión, cuando la tasa normal es de 2,5 anuales.
Otra medida del convenio establece la necesidad de formar a las tripulaciones para que cualquier capitán de barco pueda evitar un choque contra un cachalote al saber hacia dónde se dirigen normalmente, una formación que la ULL lidera en España porque la imparte en el Grado de Náutica y Transporte Marítimo desde hace cuatro años.
El convenio establece que también es necesario informar a los ciudadanos de por qué se cambian rutas o se modifican velocidades, porque podrán así comprender que se trata de un “pequeño sacrificio” con vistas a proteger una fauna marina protegida que es “envidia” de toda Europa, según Natacha Aguilar.
Y toda la flota de Fred Olsen dispondrá también de una aplicación informática que recopilará datos en torno a la distribución de los cetáceos en las aguas canarias para definir mejor sus zonas de concentración y que servirán, además, para trabajos de investigación.
Por otro lado una serie de reuniones gestoras de la ZEC ya ha solicitado, de hecho, reducir la velocidad de los buques a 10 nudos en la zona de calderones y a 18 nudos en el resto, salvo los ferris, ha asegurado Aguilar.
En cuanto a los ferris, Fred Olsen se ha comprometido a navegar el menor tiempo posible dentro de la ZEC y ha cambiado para ello sus rutas hacia La Gomera y La Palma.
Según el director de flota de Fred Olsen, Juan Ignacio Liaño, este cambio de rutas aumenta el coste al navegar más millas y presenta alguna dificultad operativa, pero la frecuencia no se ha resentido hasta ahora.
Además, ha reconocido que cinco o diez minutos más de navegación no son cantidades de tiempo importantes y que la compañía tampoco ha recibido ninguna queja de los usuarios, dado que se trata, en cualquier caso, de proteger el medio marino y la ZEC.
Sin embargo, Aguilar ha advertido de que estas medidas conllevan cierta dificultad en su aplicación porque el tráfico marítimo es indispensable para el transporte de personas.