El confinamiento reduce el ruido sísmico, afinando las previsiones de terremotos, volcanes y tormentas oceánicas
El confinamiento de la población en sus domicilios por la crisis del coronavirus no solo ha disminuido la contaminación atmosférica, también se ha reducido considerablemente el ruido sísmico en todo el mundo. Este descenso supone una mejora en las mediciones de los sismógrafos y estaciones sismológicas.
Según explica Manuel Regueiro, presidente del Colegio de Geólogos, “el ruido sísmico son las vibraciones del suelo que generan actividades humanas como el tráfico, la industria o las obras, aunque también están originadas por la lluvia, viento o el oleaje marino”.
Este descenso del ruido sísmico es más acusado en los sismógrafos cercanos a las grandes poblaciones.
“Nos permite mejorar la exactitud y sensibilidad de los registros de terremotos o erupciones volcánicas en todo el mundo así como medir con mayor precisión la posición e intensidad de las tormentas oceánicas, lo que sirve para mejorar las predicciones meteorológicas”, señala el presidente de los geólogos.
El ruido sísmico varía en función de la situación de la estación sismográfica, la geología del subsuelo y la situación geográfica.
“Sin duda esta situación excepcional originada por las medidas de confinamiento domiciliario ha influido positivamente en el descenso del ruido sísmico”, concluye Manuel Regueiro.
0