La exposición al polvo del desierto está asociada a un aumento del 2% en el riesgo de muerte cardiovascular durante el mismo día que se produce la exposición, según se extrae de un estudio realizado por investigadores canarios.
Se trata de una investigación llevada a cabo por un equipo multidisciplinar de cardiólogos, bioquímicos y físicos, liderado por Servicio de Cardiología del Hospital Universitario de Canarias, con Alberto Domínguez al frente, y con la participación del Consejo Superior de Investigaciones científicas, el Hospital Universitario Central de Asturias, y la Universidad de La Laguna, entre otras instituciones.
En concreto, los responsables son Alberto Domínguez, Sergio Rodríguez, Néstor Baez-Ferrer, Pedro Abreu-Gonzalez, Rocío Díaz, Pablo Avanzas y Daniel Hernández-Vaquero han advertido de que a nivel global existe una “clara” asociación entre la exposición al polvo desértico y la mortalidad cardiovascular.
De esta manera, un aumento de 10 microgramos por metro cúbico de aire en la concentración de polvo desértico está asociado a ese porcentaje de mortalidad por enfermedad cardiovascular. Los resultados de este estudio, basado por primera vez en una revisión sistemática y metaanálisis, ayudarían además a alertar a la población más sensible a tomar las medidas apropiadas durante los episodios de polvo del desierto, y en el mismo se incluyeron estudios realizados en Asia, Europa, Oriente Medio y Norte de África.
Según han señalado los responsables de la investigación, este primer metaanálisis proporciona evidencia de las estimaciones cuantitativas de los efectos del polvo del desierto sobre la salud cardiovascular y los expertos concluyen que el polvo desértico aumenta también el riesgo de muerte cardiovascular un día y dos después de la exposición, aunque el efecto es menor.
Por su parte, en los últimos años la comunidad científica se ha venido interesando por los posibles efectos sobre la salud ligados a la inhalación del polvo desértico respirable y estudios epidemiológicos previos han observado aumentos en la morbilidad y mortalidad durante episodios de polvo desértico en el Sur de Europa y en Asia.