Dos años después del incendio forestal iniciado en el municipio de Valleseco, que quemó 10.000 hectáreas en ocho municipios y provocando que más de 9.000 personas tuvieran que ser evacuadas, la iniciativa ciudadana Fénix Gran Canaria ha recopilado más de 3.000 imágenes para mostrar la recuperación de las zonas afectadas por el fuego y compartir a su vez todo el proceso, con el objetivo de apelar a la responsabilidad individual, concienciar sobre la importancia de la prevención y acercar el bosque a la población.
En un comunicado, Fénix recuerda que el 9 de agosto de 2019, en torno a las 16.00 horas, las llamas se propagaban rápidamente empujadas por las laderas del barranco del Anden, favorecidas por la falta de precipitaciones en los meses previos y las altas temperaturas, dando lugar a lo que se denomina como un incendio de sexta generación o del cambio climático.
En la zona se desplegaron unos 700 efectivos y 40 días después se declaró extinguido, dejando “un paisaje desolador con cuantiosos daños materiales e incalculables daños medioambientales”, señala la iniciativa. Además, de forma paralela a los trabajos, Fénix Gran Canaria rememora que en las redes sociales se cruzaron “imágenes impactantes, múltiples opiniones, bulos, aunque también mensajes de ánimo y solidaridad hacia los combatientes y la población evacuada”.
La iniciativa ciudadana explica que “el miedo” a perder bosques como Tamadaba provocó una ola de solidaridad para colaborar en la reforestación de las zonas afectadas, una acción que si se hace de manera extensiva, puede provocar todo lo contrario ya que no se desarrollarían bajo la sombra de los árboles adultos rebrotados.
Con el objetivo de ir más allá de la reforestación y apelar a la responsabilidad y participación ciudadana ante el peligro de que se vuelvan a producir incendios forestales, Fénix Gran Canaria comenzó su andadura fomentando la toma de imágenes en las áreas afectadas, contando con el apoyo de entidades públicas como el Cabildo de Gran Canaria y privadas como las compañías Fred Olsen Express, Ayagaures Medioambiente y La Obra Social La Caixa.
Para facilitar la acción, la iniciativa instaló 16 tótems -estructuras de madera de 1,5 metros donde se puede apoyar un móvil o una cámara para sacar fotografías, en diferentes puntos que se encuentran en un sendero que recorre la Cruz de Tejeda, Cueva Caballeros, y Artenara, así como otro que sale también desde Artenara recorriendo Tamadaba hasta llegar a los Llanos de la Mimbre.
Durante los últimos dos años, Fénix Gran Canaria ha recopilado cerca de 3.000 imágenes y generado más de 500 publicaciones, con un impacto superior a 2 millones de impresiones en redes sociales. Esto ha propiciado que, al mismo tiempo que se compartía el proceso de recuperación de la vegetación, se fomentaran otro tipo de contenidos relacionados con las características medioambientales de Canarias o el riesgo de desertificación provocado por el cambio climático o la mala gestión del territorio.
Fénix Gran Canaria ha podido constatar gracias a las imágenes que el pinar maduro de pino canario ha sido capaz de reponerse gracias a su capacidad de rebrote y colonización tras el paso del fuego. “Tras un incendio forestal desaparece el colchón acículas, pero rápidamente el suelo queda cubierto por un ejército de brinzales de pino”, cuya “función principal es cubrir y fijar el suelo hasta que vuelva a formarse una nueva cubierta protectora de pinocha”.
“Sin embargo, en otras zonas pobladas con pino insigne, una especie no autóctona sin capacidad para resistir al fuego, los ejemplares muertos fueron talados y sustituidos por repoblaciones de pino canario y monteverde. Ciertos ejemplares se han optado por mantener en pie al cumplir una importante función ecológica como sustrato para hongos e insectos descomponedores”, explica la nota.
Fruto de este proyecto, Fénix Gran Canaria dice que ha percibido un creciente interés de la ciudadanía hacia los retos ambientales futuros, aunque considera necesario extenderlo al conjunto de la sociedad, mejorar las relaciones entre los gestores públicos y la población, recuperar y crear un mayor vínculo entre ciudadanos y el bosque y fomenta el consumo de productos de cercanía, porque “no solo supone una mejora socioeconómica sino que favorece la creación de paisajes mosaicos resilientes a los incendios forestales y promueve la interconexión entre el mundo rural y el urbano”.
Invertir en prevención
En este sentido, la iniciativa ciudadana considera que la implantación de una base de hidroaviones en las islas Canarias para actuar contra incendios “no” es eficiente y considera que es mejor invertir más dinero en prevención.
Fénix Gran Canaria ha mantenido que “todo ayuda, cuanta más agua se eche, mejor”, pero considera que “todos los recursos que hayan se deberían de destinar a prevención” porque “la batalla con el fuego” está “perdida”.
El director técnico de Fénix Gran Canaria, Roberto Castro, ha afirmado en unas declaraciones a Europa Press que en el incendio que atacó al municipio de Arico, en la isla de Tenerife, el pasado mes de mayo, los hidroaviones actuaron desde el principio porque se encontraban en Canarias realizando maniobras y “no hicieron nada”, añadiendo que el fuego corrió “sin control” durante seis horas y “por muchos hidroaviones que estuvieran allí no sirvió de nada”.
De la misma manera, se suman las condiciones orográficas de Canarias, condicionada por barrancos y laderas donde los hidroaviones “no pueden interferir”, además de que requieren de un mar en calma para recargar agua porque en las islas no hay estanques para ello.
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