El Museo Canario investiga el papel que desarrollaban los perros en la sociedad aborigen de Gran Canaria, además de las piezas vegetales con las que se amortajaba a los fallecidos y las características de los espacios en los que estos eran enterrados.
El nuevo proyecto de investigación en el que sumerge el Museo Canario, bajo el título Cuerpos, objetos y espacios. Muertes convergentes, muertes divergentes, es “un trabajo de naturaleza multidisciplinar cuyo principal objetivo es aportar nuevo conocimiento en torno a las sociedades que en el pasado han habitado la isla de Gran Canaria desde el periodo aborigen hasta mediados del siglo XIX”, ha detallado este lunes la investigadora y conservadora del Museo Teresa Delgado.
“Los perros van a dar muchas sorpresas en los próximos años”, ha anunciado la investigadora Verónica Alberto Barroso, quien ha explicado que estos animales domésticos jugaban “un papel fundamental en la sociedad prehispánica” pero que aún no se ha podido determinar cuál.
Tradicionalmente los perros están asociados a tareas de vigilancia, compañía y pastoreo, pero también pueden haber desempeñado un papel “mágico” en las antiguas sociedades de Gran Canaria vinculado a la fertilidad, la maternidad, los casamientos y los partos, ha señalado Alberto, pues era habitual el sacrificio del animal.
Este proyecto “preguntará a los cuerpos, a los restos óseos y dentales, para conocer más detalles sobre dietas, enfermedades y huellas de violencia y sobre cómo fueron preparadas las personas antes de ser depositadas en sus sepulturas”, ha detallado Delgado.
“También indagaremos en los objetos que aparecen en los depósitos funerarios, que serán claves para conocer los sistemas de creencias de las poblaciones, y en las características de los espacios que acogieron a estos difuntos”.
Se harán análisis de carbono 14 “para saber cuándo se produjeron las manifestaciones que analizamos, ya que sólo así podremos explicar las dinámicas sociales, políticas y económicas de estos grupos humanos”.
En concreto se analizarán los objetos y las especies con las que los difuntos han sido sepultados y los restos de fauna doméstica -con especial incidencia en los perros-, así como los restos óseos encontrados en las mortajas que no se corresponden con los huesos del difunto y que podrían considerarse reliquias.
Además, “a partir del siglo XIX aparecen restos de personas fuera de los cementerios civiles que se corresponden con el episodio de cólera en Gran Canaria en el año 1851 y que también serán objeto de estudio”, ha señalado Teresa Delgado, quien ha explicado que se analizarán “todas aquellas expresiones en torno a la muerte que se salen de la regularidad”.
Este trabajo cuenta también con la participación de la arqueobotánica Paloma Vidal Matutano, el arqueólogo Javier Velasco y el archivero del centro Fernando Betancor Pérez, entre otros expertos.
El proyecto “Cuerpos, objetos y espacios. Muertes convergentes, muertes divergentes” tendrá una duración de tres años y es uno de los doce trabajos seleccionados por las fundaciones de La Caixa y La Caja de Canarias en su sexta convocatoria de ayudas a trabajos de investigación.
El Museo Canario pondrá esta investigación a disposición de toda la ciudadanía a través de la continua actualización de su página de internet con los resultados obtenidos y, además, llevará a cabo una muestra en 3D de parte del patrimonio arqueológico que sea analizado en este proyecto.