Lanzarote declara sus olas como patrimonio natural y de interés deportivo

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El pleno del Cabildo de Lanzarote ha aprobado declarar las olas de la isla como patrimonio natural y de interés deportivo, declaración institucional con la que se pretende poner en valor y proteger las instalaciones deportivas naturales en las que se practica surf, windsurf y disciplinas similares.

La Corporación ha señalado que este reconocimiento es un proyecto redactado por el Servicio de Ordenación del Litoral Oriental del Gobierno de Canarias para su tramitación por parte de la institución insular.

En este sentido, se ha elaborado un catálogo de olas que se remitirá al Gobierno de Canarias, junto a la declaración aprobada en el pleno, con el fin de solicitar incluir y actualizar el censo de instalaciones deportivas del Consejo Superior de Deportes.

De igual forma, se ha declarado la necesidad de que en los estudios de dinámica del litoral que se realizan en la zona de influencia de las rompientes con motivo de cualquier actuación, se preste especial atención a los posibles impactos sobre este elemento natural.

La presidenta insular, María Dolores Corujo, ha apuntado “quizá por su cercanía o por su situación espacial constante, en nuestra vida como isleños hemos podido minusvalorar las olas de nuestra isla y sus rompientes, por entender que siempre han estado ahí y que nunca peligrará su existencia”. Sin embargo, ha dicho, “las olas representan un elemento fundamental de nuestro paisaje y debemos lograr su preservación para que las próximas generaciones puedan disfrutar de lo heredado”.

Corujo destacó que “no se puede obviar el componente deportivo al que tanto le debe este elemento natural” y que “es absolutamente compatible con este reconocimiento siempre que conlleve una adecuada gestión por parte de las administraciones”.

Mientras, para la consejera de Patrimonio, Ariagona González, “proteger nuestro medio natural, en este caso las olas, se ha convertido en un asunto de primera magnitud”; un patrimonio “que no estará ahí para siempre salvo que actuemos con sensibilidad y prudencia”.

“Nadie puede negar --continuó-- la progresiva degradación de nuestros mares, costas y océanos. La contaminación, el desarrollo costero y la urbanización masiva en forma de dragados, puertos, escolleras y construcciones en los bordes marinos amenazan la identidad cultural de comunidades litorales que integran su oleaje y rompientes, y Lanzarote no es ajena a este escenario”.