La ley de Bienestar Animal vuelve al punto de mira: ¿Avance o amenaza para la fauna silvestre de Canarias?
Desde hace varios meses la Ley de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales, popularmente conocida como ley de Bienestar Animal, se ha convertido en el foco de atención y en el epicentro de acalorados debates en la sociedad española. Envuelta en una nube de controversia, la forma en que esta ley ha sido planteada ha abierto la puerta a la posibilidad de que surjan consecuencias inesperadas y contraproducentes, alejándose así de su propósito inicial.
Esta legislación, que inicialmente pretendía ser un hito para el bienestar de los animales, ha generado una serie de interrogantes y desacuerdos incluso en el panorama científico. Las diferentes interpretaciones y enfoques de sus artículos han dividido a la opinión pública, presentando además desafíos a la hora de implementarla de manera efectiva.
En medio de este contexto lleno de incertidumbre, es necesario reflexionar sobre las implicaciones de esta ley y cómo afectará a los animales en un territorio como Canarias. Es crucial analizar detenidamente los posibles efectos colaterales y asegurarse de que los objetivos de bienestar animal se cumplan sin poner en riesgo otros aspectos importantes, como la conservación de especies autóctonas o el equilibrio de los ecosistemas.
Los científicos exigen una modificación
Ante esto, no se puede ignorar la oposición abierta de investigadores, especialistas en conservación y asociaciones conservacionistas, que incluye importantes actores a nivel nacional y a la Organización Colegial Veterinaria.
Un grupo de cinco científicos canarios, a través del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha expresado su urgencia en cambiar la Ley de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales. Según los expertos, la nueva ley no distingue entre gatos domésticos y gatos asilvestrados, lo que dificultará el control de las poblaciones de gatos asilvestrados y tendrá un grave impacto en las especies amenazadas de la fauna autóctona de las islas.
En concreto, Aurelio Martín y Juan Carlos Rando de la Universidad de La Laguna, Félix M. Medina del Cabildo de La Palma, Juan Luis Rodríguez Luengo del Gobierno de Canarias, y Manuel Nogales, investigador del CSIC en Tenerife, alertan sobre la amenaza que representan los gatos asilvestrados en el Archipiélago. Los científicos argumentan que estos felinos están involucrados en la extinción de 63 especies de vertebrados en todo el mundo, y su impacto es aún mayor en las islas.
Destacan que los gatos asilvestrados depredan sobre diversas especies autóctonas en Canarias, incluyendo aves como el pinzón azul de Gran Canaria, el pinzón vulgar canario, el mosquitero canario, la tarabilla canaria y el petirrojo tinerfeño. Además, mencionan aves marinas como el paíño europeo, el petrel de Bulwer y la pardela cenicienta, así como varias especies autóctonas de lagartos, lisas y perenquenes.
Los científicos subrayan la especial preocupación por el efecto de los gatos asilvestrados en los escasos lagartos gigantes de El Hierro, La Gomera y Tenerife, que se encuentran en peligro de extinción. En el caso de Tenerife, los gatos representan la principal amenaza para estas tres especies endémicas críticamente amenazadas.
Los firmantes de la tribuna demandan una reforma urgente de la ley de bienestar animal para implementar medidas específicas para Canarias y evitar los perjuicios a la fauna silvestre. Esta petición se produce en medio de la controversia generada por una orden de la Consejería de Transición Ecológica de Canarias, que autorizaba la caza de gatos, perros y hurones asilvestrados hasta el 29 de septiembre, fecha en que entra en vigor la nueva ley que considera a estos animales como “de compañía” y les otorga nuevas protecciones.
Caza de perros, gatos y hurones asilvestrados
Parecía un bulo, pero no. Hace menos de una semana los ciudadanos, no solo a nivel Canarias, sino nacional e incluso internacionalmente se hacían eco de esta noticia. Vía libre a la caza de perros, gatos y hurones asilvestrados. Como es lógico, esto generó la indignación de toda la sociedad. En la orden que regulaba la temporada de caza de 2023, publicada en el Boletín Oficial de Canarias (BOC), la Consejería del Transición Ecológica precisaba que, a partir de esa fecha, la caza de perros, gatos y hurones, que se catalogan como animales de compañía, estaría permitida aunque solo “como un método de captura para llevar a cabo actuaciones de control y erradicación de especies exóticas invasoras”.
Dentro de eso, también se autorizaba desde el 29 de septiembre para el control de especies “preocupantes para la región ultraperiférica de Canarias, destinadas a salvaguardar la seguridad de la fauna silvestre, en concordancia con la excepción contenida en el artículo 27.a) de la referida Ley 7/2023” de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales.
En esa excepción, la ley daba el visto bueno al sacrificio de animales de compañía “por motivos de seguridad para las personas o animales o de existencia de riesgo para la salud pública debidamente justificado por la autoridad competente”.
“Por consiguiente, hasta el 29 de septiembre de 2023, para perros, gatos y hurones, o hasta la inclusión de una especie en el listado positivo de animales de compañía, se permite la caza menor de los animales asilvestrados de conformidad con las previsiones de los periodos hábiles y mediante la utilización de las modalidades y medios de caza que prevé la presente Orden”, detallaba la Consejería de Transición Ecológica en el BOC.
Pocos días después, y ante el revuelo popular, el Gobierno de Canarias decidía dejar sin efecto la orden que permitía la caza. Así lo anunciaba el presidente en funciones de Canarias, Ángel Víctor Torres, el 6 de julio después del último Consejo de Gobierno de la legislatura.
Novedades y posibles beneficios que trae la ley
Hay que precisar que la Ley de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales también presenta una serie de disposiciones que se consideran beneficiosas para el cuidado y la protección de los animales. Algunas de estas bondades incluyen:
La ampliación de la definición de animal de compañía. Se considerará como animal de compañía a aquellos animales de producción que pierdan su fin productivo y sean inscritos en el Registro de Animales de Compañía, lo cual incluye especies como gallinas y vacas.
La introducción de las Casas de Acogida donde las familias pueden acoger temporalmente a los animales antes de ser entregados en adopción por las entidades de protección animal. También se enfocará en la protección de colonias felinas por la cual los ayuntamientos estarán obligados a implementar un Proyecto CER (Captura-Esterilización-Retorno) para proteger las colonias de gatos callejeros.
Por otro lado, se hará un control responsable de fauna urbana, lo que significa que queda prohibido matar palomas y se establece que la gestión de la fauna urbana debe realizarse mediante métodos de control responsable y no letales. Además, se contempla la creación del Consejo Estatal de Protección Animal con carácter consultivo, que colaborará en el ámbito de la protección animal. Se formarán Comités Técnicos y Científicos en colaboración con profesionales de la Veterinaria, el Derecho y la Biología para asesorar en materia de protección animal.
Por otra parte, los planes de protección civil deberán contemplar un anexo de Plan de Evacuación Animal para situaciones de contingencias y desastres. En referencia a los ayuntamientos, estarán obligados a contar con un servicio de recogida de animales ordinario, así como un servicio urgente de 24 horas con atención veterinaria.
Finalmente, se implementará la Obligatoriedad de comunicar la pérdida de animales. De esta forma, será obligatorio comunicar la pérdida, hurto o robo de un animal en un plazo de 48 horas.
Además, se prohíbe el uso de animales silvestres en espectáculos circenses.
Perros de caza
Estas medidas fueron impulsadas para “promover el bienestar y la protección de los animales”, así como fomentar una convivencia más responsable y respetuosa con el mundo animal en nuestra sociedad. Sin embargo, un ejemplo muy claro de que la ley merece una revisión es la exclusión de los perros de caza y trabajo. Mientras que las mascotas no podrán estar más de 24 horas solas ni se pueden aplicar mecanismos dañinos para educarlas, con los perros de caza no será así.
Los cazadores no tendrán que cumplir los mismos requisitos que el resto de dueños de animales con esta nueva normativa impulsada por el ministerio de Ione Belarra, y por la que los de Unidas Podemos han acabado cediendo a las exigencias del PSOE para poder aprobarla.
Mientras que los dueños de mascotas tendrán obligaciones como la identificación de sus animales o darles un cobijo, los cazadores quedarán exentos. Ni tendrán que realizar la formación obligatoria sobre la tenencia responsable de animales como el resto de dueños de mascotas, ni tampoco deberán modificar la manera de adiestrarlos.
A medida que el debate continúa y las posturas se entrelazan, es esencial encontrar soluciones que reconcilien los diferentes puntos de vista y permitan avanzar hacia un enfoque integral del bienestar animal. La búsqueda de un equilibrio entre la protección de los derechos de los animales y el cuidado de otros aspectos cruciales de nuestra sociedad y medio ambiente se convierte en un desafío completamente necesario e inaplazable del que aún parece que estamos lejos de alcanzar.
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