El Cabildo de Gran Canaria ha devuelto al océano una tortuga de 40 kilos que varó a principios de junio en la costa de Jinámar envuelta en un amasijo de redes de pesca y plásticos, quedando inmovilizada por completo y con profundas heridas en cuello y aletas. El animal fue atendido en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre, un espacio que no albergaba un ejemplar de tal tamaño y peso desde hacía 12 años, según explica la Corporación Insular en un comunicado.
La consejera de Medio Ambiente de la Institución insular, Inés Jiménez, ha señalado que esta tortuga, como las otras 40 que llegan de media cada año al Centro de Recuperación del Cabildo, es otra víctima de las consecuencias de “convertir los océanos en vertederos”. En concreto, la historia de esta hembra adulta de tortuga boba o caretta caretta está llena de contrastes donde se mezclan la colaboración ciudadana e institucional y las consecuencias del maltrato a los mares, indica la nota.
Cuatro pescadores habituales de la Playa de Las Gaviotas descubrieron a la tortuga y avisaron de inmediato al Cabildo de Gran Canaria, permaneciendo junto a ella y refrescándola n con agua mientras llegaban los profesionales del Centro de Recuperación. El personal trató al ejemplar con antibióticos e hizo radiografías para descartar fracturas de huesos y daños internos en el animal, que necesitó curas diarias en el Centro de Tafira antes de su traslado a las instalaciones de Taliarte.
Tras su recuperación, la tortuga fue liberada en la Playa de Hoya del Pozo, en Telde, adentrándose en el océano mostrando todavía las marcas de la traumática experiencia sobre su piel, aunque las cicatrices irán a menos en un proceso que se acelera en contacto con el agua marina. El destino de este animal quedó en manos de un grupo de pescadores y, como recuerda el Cabildo, el 90% de los animales que se trata en el centro se recupera gracias a la colaboración ciudadana.
En el comunicado, el Cabildo explica que la mayor parte de las tortugas que terminan en el Centro de Recuperación lo hace por enmallamiento, hecho que puede producirles estrangulamientos y muerte de los tejidos. Además, el cien por cien de todas las tortugas que recibe presenta plásticos en su interior, así que es importante al encontrar una, aunque no tenga daños aparentes, no devolverla al mar sino avisar al Cabildo al 928351970, la línea directa al cuidado de la naturaleza en Gran Canaria.
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