Este será un buen año para observar las Eta acuáridas, puesto que la Luna nueva, el 8 de mayo, permitirá seguir con oscuridad nocturna la lluvia de meteoros en su cénit, entre el 5 y el 6 de mayo.
La lluvia de meteoros de las Eta acuáridas es visible todos los años entre el 19 de abril y el 28 de mayo. Su observación es más favorable desde lugares ubicados en el trópico, como las islas Canarias, y en el hemisferio sur, aunque también pueden llegar a ser observadas en el hemisferio norte.
Las Eta acuáridas están asociadas con el cometa Halley, al igual que la lluvia de meteroros de las oriónidas, que tiene lugar en octubre. Los meteoros de las Eta acuáridas tienen una tasa de actividad de entre 40 y 85 meteoros por hora y una velocidad bastante alta, unos 66 kilómetros por segundo, informa el Observatorio Astronómico Nacional (OAN).
Para observadores en latitudes medias el radiante de las Eta acuáridas se sitúa por encima del horizonte desde cuatro horas después de la medianoche hasta el amanecer.
Estos meteoros son fragmentos del cometa 1/P Halley, que orbita alrededor del Sol cada 76 años y fue visto desde la Tierra por última vez en 1986. Como todos los años por estas fechas, la Tierra atraviesa un anillo poblado con los fragmentos desprendidos del Halley.
Cuando uno de esos fragmentos (o meteoroides) entra en contacto con la atmósfera terrestre, se calcina por la fricción con el aire creando así el resplandor luminoso que conocemos como meteoro o estrella fugaz. El cometa Halley también es el origen de otra lluvia de meteoros, las oriónidas, que tienen su máximo en torno al 21 de octubre.
La correspondiente lluvia de meteoros parece tener un único centro de origen, un punto del que parecen surgir todas las estrellas fugaces. Ese punto se denomina “radiante” y su localización se utiliza para nombrar a la lluvia de estrellas. Así pues, las eta acuáridas tienen su radiante en la estrella eta de la constelación de Acuario.