La ONG SEO/BirdLife ve necesario renovar el plan de recuperación del pinzón azul de Gran Canaria para garantizar su supervivencia, aunque los resultados del programa de seguimiento, que coordina desde hace dos temporadas de cría, permiten “sostener un ligero optimismo sobre la recuperación del paseriforme forestal más amenazado de Europa”.
El pinzón azul de Gran Canaria está restringido a un área muy reducida de los pinares de Inagua y La Cumbre, en la isla de Gran Canaria, recuerda la ONG. La organización recalca que este ave icónica, que recibe su nombre científico (Fringilla polatzeki) del ornitólogo austriaco Johan Polatzek, es una de las especies más amenazas de España y de Europa, y dejó de ser considerada una subespecie del pinzón azul de Tenerife (Fringilla teydea) en 2016.
SEO/BirdLife explica que contribuye a evaluar su estado de conservación, una cuestión clave para determinar la eficacia de las medidas puestas en marcha e identificar las acciones necesarias en el futuro.
La organización detalla que la población del pinzón azul de Gran Canaria a finales del siglo pasado se encontraba restringida a los pinares de la Reserva Natural Especial de Inagua, un espacio protegido de unos 40 kilómetros cuadrados y situado en la parte central y occidental de la isla.
Dada su fragilidad y la necesidad de reforzar sus poblaciones se pusieron en marcha distintas acciones de conservación, entre ellas la suelta de aves procedentes de un programa de cría en cautividad en el pinar de La Cumbre, en la parte central de la isla, a partir de 2010.
Además, entre 2015 y 2019 se reforzó esta población mediante la traslocación de ejemplares juveniles procedentes de Inagua, como parte de las acciones del proyecto LIFE+ Pinzón, una iniciativa cofinanciada por la Unión Europea.
La consolidación del núcleo poblacional de La Cumbre supone un incremento del área de distribución de la especie de un 50% en 10 años. Además, la especie experimentó su densidad más alta en 2019.
Optimismo respecto a la supervivencia de la especie
A juicio de la ONG, estos hechos permiten sostener un ligero optimismo sobre la supervivencia del pinzón azul de Gran Canaria, que en la actualidad se estima que cuenta con unos 402 ejemplares repartidos en unos 60 kilómetros cuadrados. Sin embargo, amenazas como la fragmentación del hábitat, los incendios forestales o el impacto de depredadores, como los gatos asilvestrados, siguen incidiendo negativamente en su recuperación, alerta.
La especie contaba con un plan de recuperación pero su vigencia expiró en 2018. La ONG explica que este documento incluye toda la información científica existente sobre el estado de la especie y establece los objetivos en cuanto a la conservación de la misma, así como las medidas necesarias para garantizar su supervivencia. Además, debe incluir el presupuesto necesario para su ejecución.
En vista de lo anterior, añade, y “ante la necesidad de contar con un respaldo legal para continuar las acciones de conservación, SEO/BirdLife insta a la Administración a la elaboración y urgente puesta en marcha de un nuevo plan”, concluye la organización.