La portada de mañana
Acceder
Gobierno y PP reducen a un acuerdo mínimo en vivienda la Conferencia de Presidentes
Incertidumbre en los Altos del Golán mientras las tropas israelíes se adentran en Siria
Opinión - ¡Con los jueces hemos topado! Por Esther Palomera

Robert Kennedy Jr., en Gran Canaria: “Tenemos que entender que somos adictos al carbón y que esa adicción está matando al planeta”

EFE

Las Palmas de Gran Canaria —

0

El abogado estadounidense Robert Kennedy Jr. ha defendido en Canarias que la solución a la crisis climática del planeta está en el capitalismo y en el libre mercado, “pero de verdad, sin trampas”, en un modelo que haga pagar al carbón y al petróleo por el coste de lo que contaminan.

En una conferencia organizada en Gran Canaria por la revista Energy Hub como colofón a una jornada dedicada a la transición ecológica, el sobrino del presidente John Fitzgerald Kennedy e hijo del fiscal general Robert Kennedy ha cargado contra la industria de las energías fósiles, a la que ha acusado de estar dispuesta “a destruir el planeta y hacer lo que sea con tal de mantener su modelo de negocio”.

Con reputación de ser uno de los activistas medioambientales más influyentes del mundo, Kennedy ha argumentado que las energías renovables, como la solar o la eólica, ya son más baratas que el petróleo y el carbón, sectores que viven de los subsidios que reciben de los gobiernos de forma directa, en forma de millones de dólares, o indirecta, ha remarcado, gracias a sistemas que cargan al contribuyente con el coste del “enorme daño ambiental” que generan.

“Si la industria petrolífera tuviera que pagar por todas las guerras que ha provocado, por toda la gente que murió en Irak, si tuviera que pagar por todo lo que ha contaminado, por derrames como el que se produjo en el Golfo de México (...) Si todo ese coste lo tuvieran que repercutir a la gasolina, mañana nos cambiábamos todos al coche eléctrico”, ha señalado el abogado estadounidense.

Kennedy sostiene que “no hay que caer en la trampa de perder el tiempo” sacando de su error a los convencidos por quienes predican el negacionismo del cambio climático, como el presidente de su país, Donald Trump, sino actuar ya. Porque detrás de este tipo de campañas, ha advertido, está el lobby de las energías sucias, que, a su juicio, siguen manejando a gobiernos por el bien de su negocio.

“Tenemos que entender que somos adictos al carbón y que esa adicción está matando al planeta”, “tenemos que comprender que estamos en guerra con un sector capaz de destruir la Tierra con tal de mantener su cuenta de resultados”, ha señalado, antes de comparar al sector de las energías fósiles con los esclavistas que hace siglo y medio llevaron a EEUU a la guerra civil para proteger su negocio.

El hijo del fiscal general asesinado en 1968 ha reconocido que a veces la gente se sorprende de escucharle decir que la solución para el medio ambiente está en el capitalismo y el libre mercado, porque necesita una explicación: un mercado “real”, con los “incentivos adecuados”, que no proteja el negocio de unos pocos a costa de la comunidad y que obligue al que contamina a limpiar lo que ensucia o a pagar por ello, “algo que a todos nos enseñaron de niños”.

“Hay que construir un mercado con los incentivos adecuados. Así es como se avanza”, ha subrayado, tras reconocer abiertamente que él invierte en renovables y que su empresa participó en el nacimiento de Tesla, uno de los grandes fabricantes de coches eléctricos.

A modo de ejemplo, he explicado que su casa en Nueva York produce más electricidad con placas solares y sistemas geotérmicos que la que consume a lo largo del año, pero no puede trasferir el sobrante a la red eléctrica, venderlo y cobrar por ello. Casi nadie puede hacerlo en EEUU, porque el sistema y las leyes no lo permiten.

“A eso me refiero con un mercado libre real. Nos han bloqueado, porque tenemos políticos controlados por la industria del carbón y del petróleo”, ha insistido.

Kennedy cree que se puede cambiar el sistema poniendo los incentivos correctos, sin renunciar a utilizar el arma de la Justicia para dar a las empresas contaminantes “donde más duele”. De hecho, ha abanderado como letrado demandas colectivas de los pescadores del río Hudson contra las industrias que contaminan sus aguas o de pacientes afectados por un tipo de linfoma atribuido a un herbicida fabricado por la multinacional Monsanto.

En el caso de Canarias, este activista ambiental se ha preguntado a qué esperan sus gobernantes para incentivar de forma decidida los vehículos eléctricos, lo que ayudaría a resolver dos problemas: el de la contaminación y el de cómo almacenar el excedente de energía renovable en algunos momentos del día, porque miles de baterías conectadas a la vez equivaldrían a un gran sistema de almacenamiento hidráulico.

“Viven en islas”, ha señalado dirigiéndose a los canarios, “tienen aquí un laboratorio perfecto para llevar a cabo todas estas ideas”.