El proyecto impulsado por la multinacional española Nueva Pescanova para que se cree la primera granja de pulpos del mundo en Gran Canaria continúa envuelta en una gran polémica. La BBC ha tenido acceso a documentos confidenciales en los que se detalla en profundidad las características y los objetivos de la granja. Al parecer el objetivo principal es criar alrededor de un millón de pulpos al año para ser consumidos como alimento alrededor del mundo. Los documentos exponen las condiciones inusuales en las que las criaturas, que nunca han sido criados de forma intensiva, “vivirían”. Ya son varios los científicos que catalogan de “cruel” al método propuesto para matarlos. Concretamente, se pretende acabar con su vida utilizando agua helada de hasta -3 grados.
Lo que revelan los documentos
La perspectiva de criar pulpos de forma intensiva ha provocado una avalancha de comentarios negativos y de oposición, no solo en las Islas, sino en otros lugares donde también se pretende implantar un espacio dedicado a las mismas prácticas. En Estados Unidos, los legisladores del estado de Washington ya han propuesto prohibir esta práctica incluso antes de que comience.
Y es que al parecer, para abastecer a los “mercados internacionales premium”, incluidos EE.UU., Corea del Sur y Japón, Nueva Pescanova quiere producir 3.000 toneladas de pulpo al año, lo que se traduce en un millón de ejemplares.
Los planes de la empresa española, revelados a través de los documentos, son que los pulpos, que son animales solitarios acostumbrados a la oscuridad, se mantengan en tanques con otros de la misma especie bajo una luz casi constante. Unos 10-15 pulpos viviendo en cada metro cúbico de tanque, según informa el grupo ambientalista Compassion in World Farming (CiWF).
Ya en febrero de 2022, Iris Sánchez, portavoz del partido animalista Pacma en la provincia de Las Palmas, defendió que los pulpos “son animales sintientes, inteligentes, muy creativos y solitarios” y que se les va a “condenar a vivir en un espacio reducido y limitado junto a otros individuos, con todos los daños psicológicos y físicos que les puede ocasionar”.
De esta forma, las criaturas estarían alojadas en unos 1.000 tanques comunitarios en un edificio de dos plantas en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria y para matarlos los colocarían en recipientes de agua a -3 °C.
Actualmente no existen reglas de bienestar animal que los protejan, ya que los pulpos nunca antes se habían criado comercialmente. Sin embargo, los estudios han demostrado que este método de sacrificio que utiliza “lodo de hielo” provoca una muerte lenta y estresante en los peces.
Por su parte, la Organización Mundial para la Salud Animal dice que estas prácticas “dan como resultado un bienestar deficiente de los peces” y el Aquaculture Stewardship Council (ASC), el principal esquema de certificación de productos del mar cultivados, pide que se prohíba a menos que los peces sean aturdidos de antemano. Por este motivo, algunos supermercados en Europa han dejado de vender pescado que fue sacrificado con hielo.
El profesor Peter Tse, neurólogo de la Universidad de Dartmouth, en EE.UU., afirmó a la BBC que “matarlos con hielo sería una muerte lenta” y que “sería muy cruel y no debería permitirse”. Añadiendo que son “tan inteligentes como los gatos”, sugirió que una forma más humana sería matarlos como hacen muchos pescadores: golpeándolos en la cabeza.
Nueva Pescanova propone que los animales de granja sean alimentados con alimento seco de producción industrial, procedente de “descartes y subproductos” de pescado. Además, los tanques se llenarían con agua de mar canalizada desde una bahía adyacente. Serían de diferentes tamaños para las diferentes fases de la vida de los pulpos, con la salinidad y la temperatura muy controladas.
Postura de Nueva Pescanova
En declaraciones a la BBC, la multinacional expresó: “Los niveles de bienestar requeridos para la producción de pulpo o cualquier otro animal en nuestras granjas de cultivo garantizan el correcto manejo de los animales. El sacrificio, asimismo, implica un manejo adecuado que evita cualquier dolor o sufrimiento al animal”. Sin embargo, ellos mismos han estimado en su documentación que habrá “una tasa de mortalidad del 10%-15%”.
Existen informes reflejados en la documentación que aseguran que la empresa ha logrado un nivel de “domesticación” en la especie y que no “muestra signos importantes de canibalismo o competencia por el alimento”, lo que categorizaron como un gran avance.
El proyecto de Nueva Pescanova fue publicado en el Boletín Oficial del Estado el 2 de julio de 2021, en el que se anunciaba la solicitud de la entidad a la Autoridad Portuaria de Las Palmas para la concesión de dominio público. En concreto, pedía los permisos para ocupar una superficie de 52.691 metros cuadrados de superficie, 713 m2 de subsuelo y 517 m2 de espacios sumergidos para instalar “una granja de cultivos marinos”, situada en el muelle Nelson Mandela, en la zona de servicios.
Para llevar a cabo el proyecto, Nueva Pescanova invertirá 65 millones de euros y asegura que generará unos 300 empleos, entre directos e indirectos, y producirá unas 3.000 toneladas al año, que se destinará a la exportación.
El primer anuncio público de esta iniciativa lo hizo Luis Ibarra, presidente del Autoridad Portuaria de Las Palmas, en la Feria Internacional del Mar de 2021. Los contactos entre Nueva Pescanova y la entidad empezaron “en abril de 2022”, según señala Ibarra, quien recuerda que fue la Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria (SPEGC) quien los puso en contacto. “Fue una gestión de última hora”, porque la empresa ya tenía prácticamente cerrada su localización en el Puerto de Santa Cruz de Tenerife. La mejor ubicación de la parcela en la capital grancanaria hizo que Nueva Pescanova cambiara de idea.
La multinacional española afirma que “la acuicultura es la solución para asegurar un rendimiento sostenible” y que permitirá “repoblar la especie de pulpo en el futuro”. Sin embargo, los conservacionistas creen que cultivarlos reduciría el precio, lo que podría crear nuevos mercados. También subrayó a la BBC que ha dedicado “un gran esfuerzo a promover un desempeño responsable y sostenible en toda la cadena de valor para garantizar que se adopten las mejores prácticas”.
Seres que sienten dolor y placer
Jonathan Birch, profesor asociado de la London School of Economics, dirigió una revisión de más de 300 estudios científicos que muestran que los pulpos sienten dolor y placer. El análisis de Birch hizo que sean reconocidos como “seres sintientes” en la Ley de Bienestar Animal de Reino Unido de 2022.
Birch y los coautores de la revisión creen que criar pulpos con un nivel de bienestar alto es “imposible”, además de que matar en lodo de hielo “no sería un método aceptable en un laboratorio”. “Nunca se debe mantener un gran número de pulpos juntos en estrecha proximidad. Hacer esto genera estrés, conflicto y una alta mortalidad (...) Una cifra del 10% al 15% de mortalidad no debería ser aceptable para ningún tipo de criadero”.
Reivindicaciones y posturas en contra
La célebre etóloga Jane Goodall mostraba en noviembre su descontento respecto a este proyecto: “Estas granjas no podrán ofrecer las condiciones que los pulpos necesitan y merecen, e inevitablemente causarán un nivel de sufrimiento que ahora sabemos que es inaceptable”, argumentaba. Por ello, mostró públicamente su apoyo a la campaña en la que se solicita una ley europea que prohíba la cría de pulpos en granjas marinas: “Los pulpos son asombrosamente inteligentes, capaces de resolver problemas complejos, a veces utilizando herramientas, y los científicos están estudiando ahora la relación entre su cambio de color y las emociones. Cuando me enteré de que empresas españolas planean encerrar a estas criaturas sensibles y fascinantes en ”granjas de pulpos“, me sentí profundamente angustiada. Espero que nos ayuden a evitar esta situación. Debemos actuar ahora”.
Por otra parte, Elena Lara, de CiWF, pidió a las autoridades de Islas Canarias que bloqueen la construcción de la granja, que “infligiría un sufrimiento innecesario a estas criaturas inteligentes, sensibles y fascinantes”. Además del bienestar de los pulpos, a CiWF le preocupan las aguas residuales producidas por la granja, que serían bombeadas de regreso al mar pues los pulpos producen nitrógeno y fosfatos como desechos. “El agua que entra y sale de la planta será filtrada para que no tenga impacto en el medio ambiente”, le dijo Nueva Pescanova a la BBC.
Por su parte, Reineke Hameleers, directora ejecutiva de Eurogrupro para los Animales, agregó que la Comisión Europea estaba revisando actualmente su legislación sobre bienestar animal y tenía una “oportunidad real” para “evitar un sufrimiento terrible”.
Las leyes de la Unión Europea que regulan el bienestar del “ganado” no se aplican a los invertebrados, por lo que los pulpos no están incluidos, así que no tienen protección bajo la ley desde el punto de vista del cultivo masivo. Por otro lado, la Directiva europea 2010/63/EU sobre la crianza de animales para fines científicos sí incluye a los cefalópodos. Si esta ley tiene en cuenta el bienestar y la capacidad intelectual y sintiente de los pulpos, las organizaciones no logran comprender y no encuentran razón alguna en contra de la creación de una nueva ley que se aplique a otros ámbitos de su posible crianza, como lo sería el caso del cultivo como producto alimenticio.