Vecinos y ecologistas luchan para proteger Riquiánez, un enclave en Gran Canaria en vías de ser declarado Espacio Natural Protegido
El Lomo Riquiánez, en Arucas (Gran Canaria), lleva alrededor de dos años inmerso en un proceso, motivado por el Gobierno de Canarias, para su declaración como Espacio Natural Protegido en la categoría de Paisaje Protegido. Los motivos por los que se requiere la protección de este lugar son, por un lado, que en él se desarrollan “especies de flora endémica canaria (con un proceso notable de regeneración natural, especialmente el fayal-brezal) y fauna protegida, unido a elementos de interés cultural, tanto etnográfico (hornos de tejas, balsas y estanques de barro, eras, etc.) como arqueológico”, tal y como esbozó en su momento el Ejecutivo regional en un informe.
La cuestión es que hay tres estanques que colindan con la zona, que se encuentran dentro de una propiedad privada y uno de ellos está siendo sepultado por los dueños del terreno a base de echar vertidos mediante tractores y camiones. Una de las integrantes de la plataforma Proteger Riquiánez, Desirée Benítez, ha contado a este periódico que desde hace un año los vecinos llevan denunciando que los propietarios de la zona quieren sepultar uno de los charcos, en donde, por cierto, se encuentran varias especies que se indicaban al principio y aves migratorias.
El año pasado, el Seprona acudió al enclave en cuestión, ordenó que se paralizara la obra y abrió un expediente. La plataforma, conformada por varios vecinos, al ver que los tractores y camiones volvían a arrancar estos días, se ha vuelto a poner en contacto con el Ayuntamiento de Arucas y con el Seprona. “El concejal de Medioambiente no estaba al tanto” de estos movimientos, asegura Benítez, por lo que los vecinos decidieron personarse en el lugar y consiguieron frenar el trabajo de sellado. Allí, cuenta Desirée Benítez, se encontraron a un lagarto herido que fue trasladado a un centro de recuperación.
La Guardia Civil y la Policía Local terminaron personándose en la mañana de este martes en los estanques y, a pesar de que existe una licencia de obras de 2018 “para sellar el estanque en una altura de tres metros desde cota cero y siempre salvaguardando las palmeras existentes, que deberían ser ubicadas en otro emplazamiento”, ha asegurado el concejal de Urbanismo de Arucas, Octavio Rodríguez, según recoge Canarias 7, se ha sobrepasado lo permitido en dicha licencia. Por ello, según el concejal, “habrá sanciones correspondientes y se verá si tiene que restablecer el orden jurídico perturbado”.
“Por mucho que sea una propiedad privada”, argumenta Benítez, “la normativa establece que si se va a hacer algo que afecte al valor del propio espacio, hay que notificarlo”. Hasta que se esclarezca el nivel de afección que ha provocado el sellado del estanque en el entorno, la obra se mantiene parada.
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