Viaje al Salto de Chira, un proyecto de Red Eléctrica que “puede cambiar Europa”

Un sol de justicia que evidencia el microclima que existe en Gran Canaria, tras dejar las nubes en el aeropuerto, recibía al grupo de autoridades que llegaban al barranco de Arguineguín para conocer in situ uno de los proyectos de ingeniería civil más importantes de España, El Salto de Chira. La temperatura bajaba unos grados en el interior de la conocida presa de Soria, hasta donde se desplazaron para visitar las obras de la futura central hidroeléctrica que puede cambiar Europa.
La comitiva, compuesta por la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen; la presidenta del Grupo BEI (Banco Europeo de Inversiones), Nadia Calviño; la presidenta de Redeia, Beatriz Corredor; el consejero de Transición Ecológica y Energía de Canarias, Mariano Hernández Zapata; y el presidente del Cabildo insular, Antonio Morales; entre otros como el Delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana, o los alcaldes de los municipios en los que se aloja la planta, Marco Aurelio Pérez y Onalia Bueno, no salía de su asombro ante la envergadura de la obra que se espera esté finalizada en 2027.
Emoción, orgullo y agradecimiento fueron solo algunos de los sentimientos que afloraron en esta visita, y a esas sensaciones se unían las palabras de sostenibilidad, energía, seguridad hídrica, colaboración…, en un ambiente de aparente armonía todas las administraciones presumían de estar ante un proyecto “emblemático” para España y Europa.
Tras la recepción por parte de las autoridades locales y los altos directivos de Red Eléctrica a la ministra y a la presidenta europea, los ingenieros encargados de la obra dieron una breve de explicación del proyecto y contaron la fase que se está desarrollando en la actualidad. En enero finalizó la conexión entre los túneles de trabajo, por donde se transportará las infraestructuras para conectar la presa de Soria con la desaladora y se pasará el material que se ha extraído, evitando el paso grandes camiones y máquinas por la carretera por la que circula las personas de la zona y visitantes. En estos momentos la obra se encuentra en algo más del 30% de ejecución y los esfuerzos se centran en toda la parte subterránea, donde discurrirá el 90% la infraestructura.


Una vez conocieron el proyecto encima de una maqueta, fueron transportados a la realidad con una expedición que hizo su primera parada en el interior de la presa de Soria, un lugar que no se podrá visitar en unos meses porque quedará sumergido bajo el agua. En un escenario improvisado, la ministra expresó su emoción al ver cómo se convierte en realidad un proyecto “estratégico y singular”.
No pudo ocultar su vocación de ingeniera -especializada en medio ambiente- al destacar que se ha realizado con un “respeto ambiental” que lo integra en el entorno. “Espero que genere envidia positiva y que sea imitado por otros territorios”, indicó la también vicepresidenta tercera del Ejecutivo estatal. Señaló la importancia de valorar una infraestructura que estaba infrautilizada, la presa de Soria, que nunca se ha llenado. De hecho, su valor máximo no ha superado el 30% de su capacidad, que aportará agua a la población, a la agricultura y servirá de ayuda en la lucha contra los incendios forestales.
La presidenta del Grupo BEI, Nadia Calviño, destacó que esta gran obra contribuye a reforzar la seguridad e independencia energética de la Isla y refleja la importancia de lo “básico” porque es un proyecto “emblemático” que suma agua, energía, seguridad y cohesión, pudiéndose convertir en modelo para otros territorios insulares de la Unión Europea. “Es un ejemplo de que las inversiones del BEI llegan a todo el territorio, contribuyendo a consolidar España como el país de las renovables y mejorando el día a día de los ciudadanos”, afirmó.

La obra comenzó a principios de 2022, aunque es un proyecto del que se viene hablando desde los 90, y el objetivo es la seguridad del suministro de agua e incrementar la integración de las energías renovables en Gran Canaria. Mediante dos embalses de agua que se encuentran a diferente altura en las medianías del suroeste de la Isla -Chira y Soria- se almacenará o entregará energía que proviene de las energías renovables en función de la necesidad del sistema eléctrico. Se cubrirá el 51% de la demanda media anual y se reducirán en un 20% las emisiones de CO2.
Beatriz Corredor, presidenta de Redeia, señaló que es un proyecto que marca el camino para la descarbonización y la transformación de los sistemas eléctricos aislados mediante la innovación. Reiteró el compromiso de la empresa con las Islas y con su transición ecológica y lanzó el dardo de la importancia de llegar “a todos los rincones de España y Europa”.
“Como una tralla”, vuelve a ser una de las frases del presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, que solo dos meses después vuelve a visitar la obra y destaca el avance en tan poco tiempo. Recalcó la implicación “coral” de las administraciones que han trabajado para que pronto sea una realidad y generar un excedente de agua de 750.000 metros cúbicos para la agricultura.

“La realidad de las renovables hace que necesitemos almacenamiento para poder canalizarlas, esto va a permitir que a partir de 2027 entre el 50 y 70% de nuestra energía sea limpia, reducir en un 20% las emisiones, ahorrar 120 millones de euros al sistema y la mayor restauración ambiental de Canarias en el barranco de Arguineguín”, dijo Morales. Aprovechó el dirigente insular para decir que el siguiente paso debe ser incluir la presa de Las Niñas en el sistema, un “nuevo reto” que espera hacer en un futuro.
Por su parte, el consejero de Transición Ecológica del Gobierno canario, Mariano Hernández Zapata, apuntó que el almacenamiento es una prioridad en todas las islas en las que sea posible su ubicación, ya que “facilitará una mayor flexibilidad en el sistema eléctrico y reducirá el coste energético”. En la línea del resto de autoridades hizo su intervención la alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno, apuntando que está “más cerca” el fin de las preocupaciones de los vecinos y vecinas de la zona, que viven con la inquietud de que si tendrán agua para sus cultivos, pues en estos municipios llueve “a lo sumo” seis días al año.
También alzó Onalia Bueno para solicitar que la central se llame ‘El Salto de Chira-Soria’, pues considera que se debe incluir el nombre de la mayor presa de Canarias para homenajear a todas las personas que trabajaron en esa obra, donde fallecieron cuatro trabajadores. “Sin Soria no hay salto que valga”, sentenció.

El alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez, recalcó que “la apreciación humana que se tendrá en el futuro de este proyecto, destinado a garantizar la sostenibilidad energética de Gran Canaria, será proporcional al que se tiene ahora del embalse de Soria que, por otra parte, vendrá a garantizar el agua de riego a todos los vecinos agricultores de este barranco”.
Tras el acto, ver los avances de las obras en el interior de la presa y disfrutar del palmeral que se presenta como vigía desde el barrio de Soria, las autoridades emprendieron un viaje por interior del túnel secundario hasta llevar a la bóveda de la caverna, donde se ubicarán las seis turbinas-bomba que harán posible un suministro continúo, estable y limpio.
El Salto de Chira tendrá una potencia de 200 MW y una capacidad energética de 3,5 GWh, además, el proyecto incluye la construcción de una desaladora de agua marina que será utilizada para llenar unas presas que tendrá un beneficio directo en el progreso de las comunidades agrícolas de la zona, con el agua que no sea necesaria para el funcionamiento de la central.
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