??Escuchar a Mariví Cabo es como hacer un viaje al pasado pero sin dejar de mirar el presente. En su último trabajo, Atlántica, la artista grancanaria vuelve a dejar constancia de las múltiples influencias de las que se ha nutrido la música isleña sin olvidar nunca “de dónde venimos”.
Atlántica se gesta como un diálogo entre dos. La química surgida desde el principio entre Mariví Cabo y el productor Paco Marín se plasma en nuevas ideas e, incluso, en nuevos temas que ni siquiera se habían planteado inicialmente -Cinco lobitos, por ejemplo-. Atlántica materializa el giro musical y ese sonido “un poco más moderno” con el que, “quizás por miedo”, Mariví nunca se había atrevido. Pero cuando llega el momento de pensar en los músicos que se pueden embarcar en esta historia, Mariví Cabo apuesta por “la familia”. “Para mí el pianista de este disco tenía que ser Julio Tejera -con el que ya coincidí hace mucho tiempo, en la época de Arístides Moreno-, el bajista era Jaime del Pino -que también estuvo en ese periodo de Arístides-, el percusionista -también de la época de Arístides- debía ser José Pedro Pérez, y los coros no podían ser otras que el grupo de En-cantadoras”. “Es un poco como reencontrarnos con la familia, nosotros siempre que nos vemos lo pensamos así: somos un grupo de amigos que hacemos música y que lo pasamos muy bien juntos”.
Tampoco se olvida Mariví Cabo de la colaboración de Misail Jordán -“que nos ayudó con las púas”-, de José El Cubano -“que nos dejó la maestría de su violín”-, de Juan González -“un regalo que vino desde Madrid para las mezclas”-, y del técnico de sonido, Blas Acosta -“por la paciencia infinita de aguantarnos”.
Tres años desde Ayres, tu primer trabajo, ¿por qué tanto tiempo? Ayres
Primero porque hubo un cambio de productora al año y poquito de grabar mi primer disco. Entonces es cuando aparece la gente de Colorado Producciones y me plantean hacer un segundo trabajo, un tiempo en el que además he estado definiendo cómo va a ser ese trabajo y organizando un poco todo, porque, igual que me pasó con el primero, yo no quería grabar cualquier cosa. Todo eso fue retrasando la salida de este disco. Aunque teniendo en cuenta que la música no es mi único trabajo -también soy profesora- y que tampoco le puedo dedicar el 100% de mi tiempo al disco, me parece razonable que hayan pasado tres años, en los que se gesta, se piensa, se madura, se ensaya, se graba y, por fin, sale a la luz.
Ayres se caracterizó por su mestizaje, donde melodías tradicionales se hilvanaban con sonidos de otras latitudes (Latinoamérica, África, Oriente,?) ¿Hay una continuidad en este sentido en Atlántica?AyresAtlántica
No hay un punto y aparte, yo creo que hay un punto y seguido. Quizás en Ayres el mestizaje fue más a nivel musical, más mezclas con instrumentos y sonidos diferentes, mientras que en Atlántica el mestizaje es un punto de encuentro de músicas, de canciones. Realmente es un barrido por todo lo que puede ser el Atlántico pasando por África, también por Cuba, por Lisboa y sus fados, también por el Atlántico de Brasil? En definitiva, la idea era darnos cuenta de que Canarias si bien tiene una música muy tradicional ?que por supuesto está en el disco con un Sorondongo o un Canto de Trabajo o las Seguidillas, por ejemplo- también es un sitio donde se cantan muchas músicas. Y eso es precisamente lo que quería reflejar, esa facilidad que tenemos los canarios para hacer nuestras las cosas de fuera.
¿Por qué Atlántica? Atlántica
Atlántica en femenino por mujer. Atlántica por las Islas. Atlántica por la música, porque el disco es un punto de encuentro de la música del Atlántico y, también porque la música canaria ha recibido muchas influencias de esas músicas atlánticas, tanto de África, como de Europa y Sudamérica. Atlántica me sugería un poco todo eso, el ir y venir de la música. Así como en Ayres eran los vientos los que iban y venían dejando cosas en el Archipiélago, en este caso es el mar el que nos ha traído muchas músicas y el que ha llevado también mucha de nuestra música.
Si hay algo que te define es tu activa participación en la elaboración de cada proyecto, pero ¿además de la interpretación te atreves con la composición?
No, me cuesta mucho todavía... No obstante, yo siempre pienso que cuando yo canto, de alguna manera también compongo, porque nunca canto las cosas de una misma manera, eso es una característica muy mía. Me aburre mucho hacer siempre lo mismo, y por eso, entre comillas, creo que hay una parte de composición, de variar las melodías y de inventar. Me divierte jugar con la voz y buscar cosas, a veces sale bien, a veces sale mal, pero también ahí es donde está la diversión de todo esto, en variar, jugar, buscar, y a veces, encontrar.
Con Ayres viajaste más allá de las costas del Archipiélago. ¿Está previsto que también con Atlántica traspases las fronteras de Canarias?AyresAtlántica
Eso nunca se sabe. Las cosas se lanzan y luego vienen las sorpresas. Por ejemplo, una de esas sorpresas fue cantar el día grande de las Fiestas de la Merçè de Barcelona, con la plaza de Sant Jaume a rebosar? Repito, nunca se sabe, uno piensa que las cosas van a salir super bien y después no salen tan bien como habías pensado, o al revés, en principio no te planteas nada y al final surgen un montón de cosas. Yo prefiero ir pasito a pasito e ir disfrutando de lo que vaya viniendo. Si salimos fuera estupendo, si no se sale también. Y, sobre todo, plantearme cada actuación como si fuera la última.
Da la sensación de que, quizás escapando del tipismo, actualmente confluyen multitud de artistas de muy diferentes estilos: canción de autor, reggaeton, pop, rock, nuevas voces del folclore que ofrecen una nueva visión de las tradiciones? ¿Hacia dónde evoluciona la creación isleña? reggaeton
Esa es la pregunta del millón. Estamos todos en ello? Mira, yo sigo defendiendo absolutamente la música tradicional. Me parece, además, que le debo mucho y tengo que seguir buscando y sacando cosas. Pero también creo que hay que darle otra lectura para que la gente joven la entienda de otra manera, porque sí es cierto que seguimos dando a los jóvenes las cosas excesivamente tradicionales como las hacían nuestros abuelos se queda todo como muy de museo. Igual lo que hay que hacer es atreverse a mezclar la música más tradicional con sonidos más modernos sin perder nunca de vista de donde venimos ni cuál es el origen de esa mezcla. En definitiva, enseñar la tradición de otra manera para que a los más jóvenes también les resulte atrayente. Te voy a poner un ejemplo: yo soy profesora y este año estoy dando clase a niños de 13 años. La semana pasada, en una entrega de premios de un triatlón que se hizo en el colegio, canté una folía y una isa. Días más tarde, mis alumnos, que son niñitos que están metidos más en otras historias como el reggaeton, me dijeron en clase “seño, cántanos una folía”. A mí eso, sinceramente, me llena el alma porque me parece que es una manera de acercarnos a toda esa gente nueva que, de otro modo, estamos perdiendo.
De esta manera, quizás ya estás respondiendo a los más puristas, a aquellos que consideran que el nuevo folclore canario, la folía urbana, desvirtúa la tradición, las costumbres, la idiosincrasia del canario?folía urbana
Yo lo que creo es que hay que saber de dónde venimos para saber hacia dónde vamos. A quien diga que yo he sido una sacrílega dentro del folclore, le recuerdo que yo puedo cantar una folía absolutamente tradicional, pero que me atrevo también a hacerlo de otra manera, simple y llanamente. Yo intento conocer la raíz de las cosas y a partir de ahí innovar. Yo nunca me atrevo con algo nuevo sin conocer la raíz, en eso sí es cierto que intento ser bastante respetuosa.
Una sola palabra o una sola frase que sirva para definir Atlántica?
¿Te puedo dar dos? (risas) Por una parte, la palabra “sentimientos”, porque siempre me defino como una cantante de sentimientos. Y por otra parte, la misma palabra “atlántica”, por las islas, por la mujer, y por toda esa mezcla que para mi siempre es positiva.