El Ballet Nacional de España representará una nueva producción del Café de Chinitas que homenajea a Salvador Dalí y Federico García Lorca con una obra cargada de flamenco impregnado con “colores” actuales, sin que se pueda calificar de moderna, como son las improvisaciones del jazz.
El conjunto español actuará en Gran Canaria después de ocho años desde su última representación en la isla en el marco del XIII Festival de Teatro y Danza de Las Palmas de Gran Canaria.
Dado que repetir la puesta en escena de los años cuarenta en Nueva York no sería posible, el director del Ballet Nacional, José Antonio, explicó que se propuso realizar un espectáculo “totalmente diferente” a la que llevó a Dalí a diseñar los telones que para esta ocasión se han reproducido con exactitud.
Con siete músicos dirigidos por Chano Domínguez y la cantaora Esperanza Fernández, se hilvana una historia a través de ocho canciones de Lorca en principio inconexas, pero que tras una compleja labor dan como resultado un espectáculo “fácil” de ver y entender por todos los públicos, celebró José Antonio.
El director del Ballet se reserva además un personaje en principio divertido cuya historia adquiere tintes dramáticos por la persecución a la que es sometido por ser un travesti que quiere ser artista, lo que desató la homofobia de la época.
El espectáculo está dividido en tres partes -creatividad, sexo y muerte-, separados por dos insertos protagonizados por los músicos de la compañía, aunque los momentos mágicos de la representación, en la que un Dalí niño se encuentra con Federico García Lorca después de la muerte, son, a su juicio, la sevillana y la Nana Galapaguito.
Esta obra, que tras haber sido representada en el Teatro Real y después de su paso por Canarias viajará a la Bienal de Sevilla y a Turín, dedica sus representaciones en Las Palmas de Gran Canaria a su primera creadora, Pilar López, pues es la primera vez que se sube al escenario tras su recientemente fallecimiento, manifestó.
José Antonio quiso impregnar la obra de un colorido más universal, por ello pensó en Chano Domínguez y Esperanza Fernández, quienes manifestaron su orgullo por participar en esta producción de base flamenca con guitarra eléctrica.
Esperanza Fernández aseguró que para ella es un placer y casi unas vacaciones que el Ballet Nacional cuente con ella, pues sale de su rutina y vive momentos mágicos.Además, en esta ocasión tiene oportunidad de realizar una pequeña representación, lo que incrementa su satisfacción puesto que expresar sus sentimientos forma parte de su pasión. Prometió que el público quedará encantado con este espectáculo porque el disfrute de los intérpretes -además de los músicos y cantaores, una treintena de bailarines-, se transmite al espectador.
Para Chano Domínguez, además de un placer, esta producción supuso un reto tras las directrices rítmicas y colores sintetizados que le pidió el director de la obra.
Jose Antonio aseguró que se ofrecerá al público un trabajo riguroso en el que nada es gratuito, pues todo está pensado para homenajear a Dalí en el centenario de su nacimiento y a García Lorca en un café malagueño en el que pasa de todo.