Entre los años 1750-1892, se llegó a determinar la presencia de 1.260 personas isleñas en Buenos Aires, que emigraron en forma personal o por contratos de trabajo. Fueron hijos de la miseria, que partieron con la ilusión y el desarraigo por equipaje. Con el devenir de los años, se fueron sumando emigrantes, familiares y descendientes, formando una comunidad que aún hoy se afana por mantener sus señas de identidad.
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