Casa Mané fue una utopía. El sueño de su impulsor, Manuel Delgado Camino, por abrir la primera galería de arte de Fuerteventura. En esa odisea viajó junto a artistas canarios, entre ellos majoreros, que veían cómo por primera vez su obra se exponía en un recinto dedicado en exclusiva al arte. El pasado mes de noviembre algunos de aquellos artistas volvieron a La Oliva para recordar a Mané y soplar las velas por el 25 aniversario del centro.
Manuel Delgado (Las Palmas de Gran Canaria, 1930-La Oliva, 2016) comenzó a coquetear con el arte como restaurador de imágenes religiosas. En la década de los 50 abrió una tienda de enmarcado, Madelca, que proveía de material a los cenáculos artísticos de Gran Canaria. Más tarde, su compromiso con las artes plásticas le motivó a abrir una galería en Las Palmas y otra en Madrid. El flujo de artistas de un lado y otro fue constante al tiempo que su agenda se llenaba de contactos de pintores, escultores, ceramistas…
Con 58 años de edad, Manuel puso sus ojos en Fuerteventura. La luz y la tranquilidad del destino se aliaron para que la isla se convirtiera en su residencia. La vieja casa del médico de La Oliva, Blas Curbelo, frente a la casa de los Coroneles, le sirvió de morada.
Tras una ardua restauración, Manuel decidió proyectar en la vivienda un gran recinto donde cumplir “su proyecto vital” como galerista y mecenas cultural. En 1991 nació el Centro de Arte Casa Mané, el primer espacio de arte de Fuerteventura y uno de los primeros del archipiélago en dar cabida, en exclusiva, al arte canario.
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