Una imagen de la catedral de Santa Ana de 1777, salvada de un “grave peligro”

Efe

Las Palmas de Gran Canaria —

Una histórica imagen de la catedral de Santa Ana de Las Palmas de Gran Canaria, una representación de la Esperanza datada en 1777, ha estado en “grave e inminente peligro” al deteriorarse el púlpito donde se ubicaba, cuyo estado se descubrió en una ola de calor de este verano, según se ha anunciado este lunes.

La elevación de la temperatura y del grado de humedad del interior del templo a resultas de la mencionada ola de calor “activó la alarma” en la catedral y llevó a inspeccionar cómo se encontraban sus estructuras y las obras de arte que se guardan en ella, permitiendo averiguar que la Esperanza presentaba un “peligroso grado de inclinación”.

Analizado ese hecho, se vio que varias partes de la estructura del púlpito en que se alojaba la imagen, situado a la derecha del altar de Santa Ana, se habían desplazado al presentar fracturas en sus ensambles, motivadas en parte, posiblemente, por las condiciones ambientales extremas que han sufrido, se relata en un comunicado del Cabildo de Gran Canaria.

Corporación cuyo departamento de Conservación de Bienes Muebles del Servicio de Cultura y Patrimonio Histórico ha colaborado con la dirección del Patrimonio Eclesiástico del Obispado de Canarias, del que depende la catedral, en el estudio de lo ocurrido y en las medidas acometidas para solventar la situación.

Estas han consistido, una vez constatado que las maderas de la estructura presentaban hinchazones y dilataciones que habían llevado a que sus piezas se desencajaran, primero, en la retirada de su emplazamiento habitual de la imagen de la Esperanza, cuya autoría se desconoce, aunque se sabe que fue encargada a un taller de Sevilla en 1777.

Retirada que requirió de casi tres horas de trabajo. Una vez a salvo la imagen, que ahora se encuentra custodiada en la sacristía de la catedral, se procedió a atar con cinchas planas la zona del remate de la estructura como medida temporal preventiva.

Hecha esa labor, ahora se están analizando las causas del percance y realizando un estudio de la estructura, con el objeto de definir una intervención que garantice su estabilidad física y devuelva la unidad estética al conjunto, añaden desde el Cabildo, subrayando que, además, como medida preventiva, se ha decidido revisar otro púlpito del templo situado a la izquierda del altar.

Acciones todas ellas que han posibilitado paliar la situación de una estructura que estaba “poniendo en peligro la integridad de personas” y de otras de las piezas del propio púlpito.

Los dos púlpitos con que cuenta Santa Ana, apoyados a las grandes pilastras del crucero y situados debajo del cimborrio, fueron realizados en madera de cedro y caoba e instalados en la catedral entre 1775 y 1776, año en que se mandaron a colocar en su ubicación actual sin las esculturas que lo adornarían, que fueron puestas allí más tarde.