Faltan cinco horas para la función. El alemán Patrick Schuhmann, de 34 años, espera su turno para ensayar en el escenario junto a sus compañeros de báscula. Otros acróbatas ya están practicando sus rutinas artísticas en la carpa auxiliar, tras dos días de descanso colectivo. Schuhmann es un veterano de Bazzar, el espectáculo que el Cirque du Soleil ofrece, al menos hasta el 6 de enero, en La Gran Carpa frente a ExpoMeloneras. Ha formado parte del elenco desde su estreno absoluto, ocurrido en Montreal (Canadá) en 2018. Pese a su dilatada experiencia en la obra, sus ejercicios le obligan a ser muy concienzudo, ya que debe saltar siete metros en vertical y aterrizar en apenas cincuenta centímetros. Además, no sólo necesita memorizar sus movimientos sino también los de sus tres compañeros de báscula, por si fuera imprescindible intercambiar los papeles. Un show longevo requiere una preparación meticulosa para afrontar cualquier eventualidad técnica o humana. Bazzar puede ejecutarse en 278 versiones distintas.
El Cirque du Soleil o circo del sol, fundado en la región canadiense de Quebec en 1984, ha resultado ser una poderosa maquinaria de precisión global. Ha pasado de realizar teatro callejero con un grupo de zancudos y tragafuegos a tener acuerdos con significadas megacorporaciones estadounidenses de ocio, como Disney (en Disney World, Orlando) o varios hoteles casino de Las Vegas. Para este curso cuenta con diecinueve espectáculos en cartel en diferentes ciudades y continentes. Su plantilla está compuesta por miles de trabajadores; de los cuales, unos 1.300 son artistas. La troupe desplazada a Gran Canaria reúne a 82 miembros, 35 de ellos sobre las tablas, a los que se suman unos 80 empleados autóctonos en tareas auxiliares (la mayoría a tiempo parcial). Su modelo de negocio ha sido estudiado en universidades prestigiosas como Harvard, e incluye producciones audiovisuales, grabaciones musicales y organización de eventos con marcas de consumo como el whisky The Macallan.
Esta visita supone la cuarta presencia del Cirque en la Isla. En 2014 y 2023 (con Dralion y Ovo, respectivamente) sendas estancias tuvieron como sede el Gran Canaria Arena y una duración de sólo ocho días. La propuesta actual, planteada por el Cabildo de Gran Canaria y la empresa turística Lopesan, busca potenciar las posibilidades de entretenimiento de los viajeros foráneos. La colaboración con la firma canadiense surgió por un contacto casual explorado por Zoilo Alemán, director de Lopesan MICE (la división de exposiciones y congresos). Desde 2016 fue labrando pacientemente ese vínculo, persuadiendo a los americanos de las bondades de la industria hostelera local y facilitando la receptividad de los agentes políticos. La iniciativa fraguó en 2019 con Totem, en el formato de carpa y permanencia por varios meses repetido ahora en Bazzar. La inversión de Lopesan, en infraestructura, fundamentalmente, ha superado el millón de euros. Alemán recuerda, no obstante, la importancia de “seguir prestando un acompañamiento” para consolidar el futuro del proyecto.
En cuanto a la entidad insular, su aportación en 2024 es de 600.000 €, calculando un retorno económico de 9 millones de euros; entre otros conceptos, por reforzar la dimensión lúdica de la Isla. Según el consejero Carlos Álamo, “dinamizar, promocionar nuestro destino turístico, es uno de los objetivos prioritarios de Turismo de Gran Canaria. Bazzar es un reclamo para que el turista encuentre motivaciones para venir y gastar más dinero. Estamos convencidos de que va a ser un éxito”. Su compromiso con la firma canadiense, alcanzado en la última edición de Fitur, contemplaba una premiere europea de cualquiera de los espectáculos del Cirque y una estancia durante toda la temporada de invierno. Por este razón, y aunque el show tiene anunciado su cierre el 6 de enero, Bazzar debiera continuar hasta el 31 de marzo (entradas disponibles en taquilla y online).
Cuidado
El mexicano Arturo Hernández González, de 43 años, lleva en Bazzar desde hace diecinueve meses. Su fichaje coincidió con la decisión estratégica de montar una cocina propia en la gira, abandonando la pauta acostumbrada de alimentarse con cáterin. En épocas anteriores se le había contratado ya como personal de refuerzo cuando el Cirque recorría su país. Su nacionalidad es una de las veinticinco reunidas en la troupe. Como sous chef tiene plena conciencia de la diversidad gastronómica de sus comensales e intenta adaptar los menús a esa realidad plural. Sin embargo, su propósito básico no es degustativo sino saludable. Se considera primordial procurar una dieta adecuada a los artistas.
De la despensa del equipo al que pertenece Hernández González salen diariamente unos 12 kg de proteína limpia, 60 de vegetales, 10 de pasta u 8 de arroz, conseguidos a través de suministradores de la tierra. El almuerzo, de 1 a 5 de la tarde, y la cena, de 6 a 10:30, se colocan a modo de buffet, con nueve opciones por tanda de platos calientes y fríos y un postre. Con el criterio de proporcionar alternativas, en los fogones de Bazzar se elaboran en un mismo servicio caldos, ensaladas, carnes y pescados con y sin salsa. Por ejemplo, crema de maíz con la etiqueta de contener gluten, sopa de ternera, vegetales al vapor y vegetales aliñados, pollo asado y pollo con champiñones, puré de papas o batatas crujientes. Cotidianamente, de ese recetario comen unas 150 bocas.
Patrick Schuhmann, el saltador de báscula, confía en que con el debido cuidado su carrera se extienda hasta bien entrada la cuarentena. Luego quizás podría convertirse en entrenador. Se inició a los tres años como gimnasta en una actividad extraescolar, que a los trece le hizo apuntarse en su natal Berlín al programa enfocado a jóvenes del Zirkus Cabuwazi. De ahí a un college en Montreal especializado en la materia y, por extensión, al Cirque du Soleil. En total, casi tres lustros en la nómina de la firma canadiense. La peripecia de la italiana Martina Trombetta, de 31 años, acróbata que se suspende en el aire sujeta de su cabello, sigue una lógica menos premeditada. De profesión azafata de vuelo, comenzó a aficionarse al pole dance en sus ratos libres. Por probar algo nuevo terminó por derivar a su peludo y poco corriente oficio. Valga decir que Trombetta toma suplementos vitamínicos y mantiene muy hidratada su melena.
Para prevenir lesiones, la troupe viaja con una médica (la única española en el elenco internacional) y dos fisioterapeutas. Su faena está planificada para detectar problemas antes de que se manifiesten, en consonancia con los esfuerzos reiterados de cada acróbata. Ante los imprevistos, atajarlos de raíz. En general, las articulaciones y músculos de hombros y piernas sufren el mayor desgaste. Por ello, se imparten clases obligatorias cuyo aprendizaje se integra en las prácticas posteriores de todas las disciplinas. Para completar las medidas de bienestar, y dada la larga estadía entre nosotros, el Cirque du Soleil provee de alojamiento residencial a sus 82 desplazados. Las condiciones individuales de cada uno les harán optar por dos fórmulas: habitar en el complejo de bungalós elegido para el conjunto de colegas, o independientemente utilizando una cantidad detraída del presupuesto correspondiente.
Una niña y una planta
Con el dinero en mano, Schuhmann encargó a una inmobiliaria la selección de una vivienda en alquiler acorde a las características de su núcleo familiar. Tanto su mujer como su hija de 3 años llevan con naturalidad la itinerancia. Su pareja está empleada en el quiosco de Bazzar, entre bebidas, roscas y merchandising. La conectividad digital ha hecho muy sencillo el matricular a la niña en un centro educativo local y organizar su agenda con tres babysitters. Cuando la criatura crezca acaso toque asentarse en una plaza fija, como las que el Cirque du Soleil tiene en Las Vegas. Hasta entonces una estancia de varias meses en Gran Canaria suena “casi a ser turistas”, comenta Schuhmann. El “casi” por haber acudido a Ikea a comprar una almohada y querer rodearse de detalles, como una planta, para sentirse en casa. Previamente, del Archipiélago sólo habían visitado Fuerteventura en unas vacaciones, pero en Gran Canaria serán ellos los anfitriones de sus parientes y amigos.
La templanza del clima, el acceso al mar o el contraste de paisajes definen la imagen exterior de la Isla. También para los “casi turistas” miembros del Cirque. En sus descansos semanales algunos se han adentrado en lugares como el Roque Nublo o Agaete. La diversión se les descubre en todas sus dimensiones. Para la funambulista capilar Trombetta ha implicado “bucear en aguas abiertas” y confraternizar con gente autóctona. Las comunidades de pole dance, como la que a ella le despertó su interés por el contorsionismo, tienen la premisa universal de dar la bienvenida a cualquiera de sus simpatizantes, procedan de donde procedan. Un estudio de la zona lo ha hecho con la italiana. Para ella, ese sitio le devuelve sensaciones al margen de la exigencia profesional; de cuando comenzaba a percibir su cuerpo de manera especial, más flexible, más fuerte, más capaz.
Llega el momento de la función. El título de Bazzar, aun con su grafía peculiar, remite a un zoco o mercado exuberante, donde los vendedores despliegan sus encantos para captar la atención de potenciales clientes. En el recinto de Meloneras esto equivale a ver una demostración del oficio de músicos, bailarines y acróbatas. Se suceden piruetas sobre ruedas y otros soportes clásicos e inusuales, juegos con fuego o mañas de clown. La figura del Maestro o animador incita a la complicidad de los espectadores en varios idiomas. En la sesión pública compartida por este periódico hubo reacciones entusiastas al ser interpelados en inglés. Las respuestas de esa audiencia europea serán la clave del éxito y continuidad a medio plazo del proyecto del Cirque du Soleil en Gran Canaria.
Jonas Hanschild y sus tres amigos, trasladados desde una población cercana a Hamburgo para pasar quince días en la Isla, explican los motivos de su asistencia al espectáculo: “Las entradas son más baratas que en Alemania” y “es mejor que quedarse en el bar del hotel”.