La colección de bronces más rica de Europa

MADRID, 12 (EUROPA PRESS)

Patrimonio Nacional, en colaboración con la Fundación Banco Santander, expone, por primera vez en España, la colección de bronces más rica de Europa que podrá verse en el Palacio Real de Madrid hasta el 24 de enero de 2010. La muestra reúne 130 piezas que llegaron, en su mayoría, como regalos diplomáticos a los diferentes monarcas españoles entre los siglos XVI y XVIII.

'Brillos en bronce. Colecciones de Reyes' es el título de esta exposición que, de alguna manera, “rompe con el tabú de que los monarcas españoles no tenían interés por la escultura”, indicó hoy José Antonio Bordallo, gerente de PN, en la presentación de la muestra.

Rosario Coppel, una de las comisarias junto a María Jesús Herrero, resaltó que esta selección de piezas de pequeño bronce “es un vehículo para que el público se acerque a la mitología clásica, a la escultura, para que se introduzca en la atmósfera del Renacimiento”. Por otra parte, Coppel lamentó la escasez de especialistas en este tipo de piezas que existe en España y animó a que se extienda el interés por ellas.

“DIFUSOR DE IDEAS”

Para María Jesús Herrero, el bronce sirvió “como catalizador y difusor de las ideas desde el Renacimiento al siglo XVIII”. La comisaria explicó que el pequeño bronce surgió en Italia como objeto precioso de colección para formar parte de los gabinetes de antigüedades y de las curiosidades, junto a esculturas clásicas, medallas, camafeos y otros objetos.

Se trata de esculturas de bulto redondo con una altura inferior a los 50 centímetros, vaciados por el método de la cera perdida. Al principio se hicieron ejemplares únicos pero luego empezaron a ser muy solicitados y apreciados por los monarcas.

Los grandes duques de Toscana fueron los propagadores de esta afición por las cortes europeas. Su primer escultor, Giambologna, alcanzó un enorme éxito y sus obras se extendieron por toda Europa. Las colecciones que se formaron durante los siglos XVI, XVII y XVIII contaban con un número de copias “del antiguo” y otro de modelos de Giambologna que con el tiempo fueron reinterpretados por otros escultores, sobre todo en Francia, en los talleres de Versalles.

La exposición de PN, distribuida en diez salas, reúne el conjunto de bronces de pequeño formato reunidos por los monarcas españoles desde finales del Renacimiento, con la colección de Felipe II, hasta la época moderna en tiempos de Carlos IV.

PIEZAS SEÑALADAS

Las tres primeras salas acogen la colección de escultura en bronce bajo los Austrias. Destacan las esculturas de un Caballo o de Hércules y un centauro, una escultura de Felipe II; El Espinario que se situó en el centro de la pieza ochavada del Alcázar de Madrid (ya con Felipe IV y Velázquez encargado de la decoración de este palacio); o los Planetas y Baco, la serie más importante de obras de Jacques Jonghelinck.

La segunda parte abarca desde la sala cuarta a la décima y muestra las colecciones de los monarcas de la dinastía de los Borbones, las adquisiciones que realizaron, los bronces franceses, los florentinos, la colección de Carlos III y la de Carlos IV.

En este apartado sobresalen los bronces del retrato ecuestre de Felipe V, de Lorenzo Vaccaro y el retrato del Gran Delfín Luis de Borbón y Austria; una selección de piezas de la colección de escultura del Marqués del Carpio (muy aficionado a los libros de dibujo, algunos de los cuales se presentan aquí) que compró Felipe V; el retrato de Carlos de Borbón con peluca corta y otro ecuestre con peluca larga, del escultor Giuseppe Piamontini así como un retrato ecuestre de Carlos III, única pieza de la muestra realizada en España.

También cabe citar la colección de pequeños bronces de Carlos IV adquirida por el monarca en 1803; bronces franceses de François Girardon o Antoine Coysevox; otro retrato ecuestre de Luis XIV de Francia; o piezas sobre temas mitológicos, como las figuras de Venus y la Tortuga o los bronces de Apolo de Belvedere, Laoconte y Castor y Pólux o el Grupo de San Ildefonso.

Junto a los bronces, la exposición ofrece también una selección de volúmenes calcográficos y óleos muy significativos como un 'Bodegón con esculturas de la escuela francesa' o la 'Gallería del cardenal Silvio Valenti Gonzaga', obra de Giovanni Paolo Panini; el 'Retrato de Carlos IV', copia de Francisco de Goya; el 'Retrato de Mariana de Neoburgo' de Claudio Coello; o la 'Vista del jardín principal de la Casa del Campo' de la Escuela española.