Legado Amazige y Patrimonio Mundial

El conflicto del Sahara afecta a la conservación de las tribus del sur de Marruecos

El conflicto del Sahara, que enfrenta al Gobierno marroquí y al Frente Polisario desde que España abandonara la antigua colonia en 1975, está pasando factura a las comunidades amaziges del sur de Marruecos. Así lo ha expresado hoy el antropólogo Mustapha Naïmi, investigador de la Universidad Mohammed V-Souissi de Rabat, en un congreso que se celebra en Gran Canaria sobre el legado amazige en lugares declarados patrimonio mundial por la Unesco. Naïmi afirma que “la conservación de las tribus está seriamente dañada por el conflicto con el Polisario”.

El investigador marroquí se refiere a las tribus amaziges, todas saharauis, que habitan en las proximidades del oasis del Tighmert, en la región presahariana del Wad Nun. Está comarca, ubicada muy cerca de la frontera que estableció el colonialismo hispano-galo entre Marruecos y la antigua provincia española,  está en la lista de lugares Patrimonio Mundial, en este caso por sus valores inmateriales. Mucho antes de la pugna por la soberanía de este territorio, “el colonialismo español y marroquí, con el trazado de fronteras artificiales, empezó a transformar el modus vivendi de estas poblaciones nómadas del desierto”, recordó el doctor Jorge Onrubia de la Universidad de Castilla-La Mancha, el arqueólogo canario con más experiencia profesional en la provincia de Guelmin, capital de esta comarca, ubicada prácticamente en el mismo paralelo que Canarias.

El antropólogo Mustapha Naïmi sostiene que “esta situación de excepcionalidad, en una región con un patrimonio cultural inmaterial propio del desierto, está provocando limitaciones en las recomendaciones de la Unesco para consolidar la idiosincrasia de las poblaciones de estas tribus”. El principal objetivo del equipo liderado por el doctor Naïmi es rescatar “la memoria colectiva de estas comunidades para preservar la identidad de los habitantes de la comarca”. Aunque no hay un censo exacto, se calcula que la región del río Nun cuenta con una población cercana a las 50.000 personas.

Para preservar el legado amazige de estas tribus los científicos marroquíes están trabajando en una doble dirección. Por una parte, “promoviendo asambleas entre las diferentes comunidades para consensuar un proyecto unitario”, y de otra lado, “dar respuesta desde el ámbito jurídico, ya que históricamente, estos pueblos no tenían fronteras ni estaban gobernados por nadie porque tenían una concepción tribal de sus existencia”, incluso durante la ocupación española. Para este último propósito, se mantienen contactos con el gobierno de Rabat. “El nuevo gobierno conoce perfectamente el devenir histórico de estas comunidades, pero al mismo tiempo está un tanto limitado en su gestión por los poderes internacionales”, ya que buena parte de esta región está teóricamente controlada por la misión de Naciones Unidas.

Desde su grupo de trabajo antropológico, también se realiza una labor política para intentar mediar y “buscar una solución que mantenga y garantice la identidad de las tribus desde una perspectiva absolutamente democrática”.

Autoctonía y amazigidad

Profundo conocedor del sur de Marruecos fue el experto que tomó el relevo del antropológo Naïmi. Jorge Onrubia recordó que el problema de las tribus saharauis viene de lejos, “desde la colonización que protagonizaron Francia y España, sin tener en cuenta la movilidad de las poblaciones autóctonas a la hora de establecer las fronteras”. Precisamente, su ponencia versó sobre los posibles paralelismos entre el África septentrional y las islas Canarias. El historiador expuso dos argumentos para el debate: la autoctonía y amazigidad. Los primeros habitantes de Canarias son autóctonos, o los autóctonos son los nativos del norte africano, se preguntó.

El experto llevó su discurso a la necesidad de relativizar las teorías esencialistas, porque “la realidad de los pueblos es un proceso caracterizado por las relaciones entre las diversas comunidades”. En este sentido, puso el acento en la lengua “porque es la que puede fijar la realidad”. Y en el caso de todas las poblaciones del norte de África, región de la que proceden los primeros pobladores de Canarias, “tienen un nexo común con la lengua, sobre todo a partir de los siglos III y IV”. Precisamente, fue en esas centurias, con las últimas dataciones realizadas con higiene cronométrica, cuando se inició el poblamiento del Aechipiélago.

El doctor Onrubia destacó que “no existe un gen bereber, pero sí norteafricano”. Por eso, habla de amazigidad. En este asunto hay bastante unanimidad de la comunidad científica a la hora de catalogar a estas comunidades como amaziges.