El arquitecto Dominique Perrault opina que actualmente la mejor arquitectura del mundo está en Europa y en concreto en España, donde hay “un montón de energía y de proyectos fantásticos”, mientras que la que se realiza en Estados Unidos es “muy aburrida” y en Francia está “durmiendo”.
Dominique Perrault afirma además, en una entrevista con motivo del inicio de su proyecto de remodelación de la playa de Las Teresitas, en la capital tinerfeña, que la naturaleza en Canarias es “muy fuerte y emocional”, ya que no es “exactamente natural, es como el big-bang, y esta clase de paisajes es impresionante”.
Perrault, que ganó en 1996 el Premio de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea por su proyecto para la Biblioteca Nacional de Francia, considera que la mejor arquitectura está actualmente, además de en España, en Suiza, Holanda, Gran Bretaña y Japón.
Por el contrario, en su país natal, Francia, está “un poco dormida como también lo está el poder político. En este momento hay una época sosegada”, ironiza.
Perrault, que tiene proyectos en Barcelona, Madrid y Santiago de Compostela, califica de “interesante” su idea para remodelar Las Teresitas ya que esta playa “no es natural, es artificial” y por ello se asemeja a diseñar “un edificio” y esa “ambigüedad” le resulta “muy interesante”.
“Cuando enseñas una postal de la playa todo el mundo exclama que es maravillosa, y cuando dices que es artificial nadie te cree”, explica el arquitecto galo, para quien el proyecto significa “construir paisaje para la gente que vive aquí”.
En Europa hay actualmente un montón de proyectos y de posibilidades para los arquitectos, para los que se ha iniciado “una situación muy especial porque si eres afortunado puedes encontrar a un cliente interesado en tener buenos edificios que encajen bien” en el entorno.
Por ello, el arquitecto, que también realiza el proyecto del nuevo Teatro Mariinsky de San Petersburgo, cree que “poco a poco” se desarrolla “un nuevo sentimiento” arquitectónico en Europa que dará pie a un buen diseño urbano con buenos edificios “y paso a paso elevaremos la calidad”, al contrario de lo que ocurría hace veinte años.
En cuanto a la existencia de “guetos” para los inmigrantes que llegan a Europa, Perrault considera que no es éste un problema de la arquitectura, sino más bien corresponde al ámbito de lo social, lo político y lo económico.
No obstante, el arquitecto aboga por encontrar los medios “para hallar respuestas” en este ámbito con un acercamiento social y de control político de la situación, aunque teme que si nadie reúne el valor de poner sobre la mesa esta clase de conflictos “es imposible tener una discusión valiosa”.
Quizás no sea necesario construir nuevos edificios para acoger inmigrantes, sino que residan en zonas de la ciudad “que ya existen” o construir edificios pequeños a bajo precio, detalla Perrault, quien enfatiza que “con imaginación todo es posible”.
Reconoce además que no es fácil explicar sus proyectos a los políticos “porque es una cuestión muy compleja, pero con imaginación también es posible encontrar alguna respuesta, no todas pero sí alguna”, reitera entre risas.
A su juicio, la arquitectura contemporánea “no es eficiente como monumento” porque la gente está más interesada en la relación con el paisaje “y prefiere una señal, una visión o un lugar especial, ver cómo encaja un edificio en el medio ambiente”.
“Puedes diseñar una plaza pero no un monumento. Es aburrido, una idea anticuada”, resume Perrault.
Respecto a los materiales, precisa que “importan pero no son importantes” ya que son “la presencia física” de la arquitectura, pero al mismo tiempo la cuestión no es si se usa cristal, madera, metal u hormigón, sino cómo están diseñados, cómo se les manipula y controla “para que generen una buena impresión a las personas”.
Asegura también Dominique Perrault que “ciertamente” le gustaría hacer más proyectos en Canarias porque en las Islas “hay una cualidad fantástica de la vida, el tiempo no es un problema y se puede emplear bien, sin estrés. Es totalmente diferente si se compara con París, tan estresante”.