MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
El lunes nos dejaba uno de nuestros grandes cantaores con apenas 67 años y con toda una vida por delante. La revista 'Vanity Fair' ha sido una de las últimas publicaciones en hacerse con un entrevista con Enrique Morente antes de su repentino fallecimiento, en la que el artista repasa una vida repleta de éxitos y trabajos que le han llenado de orgullo.
La revista 'Vanity Fair' acaba de publicar una de las últimas y más personales entrevista del cantaor Enrique Morente poco antes de fallecer repentinamente este lunes. Como un pequeño homenaje a uno de grandes e indiscutibles maestros del flamenco de los últimos años.
Cuatro son los temas principales que toca el artista en esta entrevista que ve la luz apenas un día después de su fallecimiento. Entre ellos, si hija Estrella Morente, su ojito derecho y una de las personas que más tiempo ha pasado a su lado, se convierte en uno de los temas principales de su entrevista.
ENRIQUE Y ESTRELLA
Y es que Estrella no sólo ha heredado el arte flamenco de su padre, sino que, desde que se subiera a las tablas por primera vez hasta el mismo lunes 13 de diciembre, ha estado trabajado siempre codo con codo con su padre, productor de los tres discos que Estrella ha sacado al mercado en 10 años.
“No hace falta apresurarse, sino hacerlo bien”, comenta la cantaora, dedicándole una mirada de orgullo a su padre. Y es que a estos dos artistas no sólo les une la sangre, sino una intachable pasión por el arte flamenco.
Enrique recuerda la primera vez que escuchó a su hija “como profesional” después de que ella le confesara que quería dedicarse a la música. “Me fijé en su color de voz, en la textura”, explica el maestro. “Era extraordinaria”.
LAS DROGAS Y EL CANTE
Otro de los temas y los momentos que han marcado de este artista han sido las drogas. Y es que Enrique recuerda cómo en sus inicios un viaje por trabajo le llevó a Nueva York, ciudad que le dejó “impactado, no sólo por la cultura de la ciudad sino por la violencia, los asaltos, los conflictos raciales” que en España no existían. “El descubrimiento en nuestro año fueron las drogas”, añade el cantaor.
Sin embargo, y al contrario que muchos colegas de profesión a los que el coqueteo con estas sustancias sí les pasó factura, Enrique asegura que su única droga fue siempre “el cante y la guitarra”.
Estrella, muy atenta a cada una de las palabras de su padre, reconoce que su padre vivió “momentos muy difíciles” debido a ese tema, “momentos de los que sólo le salvó su afición por la música”.
LAS 'ETAPAS' DE MORENTE
Junto a Estrella, sus otros dos herederos son sus hijos Soleá y José Enrique, a los que han tentado varias veces con la idea de probar suerte en la música y, aunque Estrella está muy segura del talento de sus hermanos, Enrique sí se muestra más escéptico.
“No sólo su padre tiene un lugar, sino su hermana es una primera figura del flamenco”, explica el artista. “Es muy difícil arrancar una carrera así”.
Y es que Morente clasifica toda su vida por etapas, todo por etapas y con mucha paciencia. Enrique recuerda los años en los que él empezó a grabar y los compara con el ahora. “Hoy en día hay mucho más dinero para estas cosas. Hoy hay un dinero que nunca hubo”.
Rebelde de nacimiento, esta característica siempre ha sido la marca de la casa de Enrique Morente. “Cuando cantas, tienes que cantar con verdad”, afirma rotundo el maestro. “La rebeldía no es una agresión, es simplemente la libertad de ser honesto con lo que llevas dentro en cada momento”.
Eso es exactamente lo que han hecho tanto Enrique como su hija Estrella desde el primer momento que se subieron al escenario. Y es que, consciente que la crítica no siempre va a apoyar una obra , Enrique cree que “el autor sabe lo que escribe” y que, en muchas ocasiones, “la crítica puede ser hasta mejor que la obra”.
Ahí discrepa su hija Estrella, quien está convencida de que “cualquier obra de arte esta por encima de cualquier crítica”.
Tras su fallecimiento, Enrique Morente deja como legado al mundo de la música a su hija Estrella, muy orgullosa de llevar el apellido Morente, que “sólo ha tenido ventajas”. Ella no sólo es consciente de que su apellido le ha abierto puertas, sino que declara a los cuatro vientos que ella, si alguien le preguntara quién le gustaría ser, sería, sin duda alguna, Enrique Morente.