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Los hermanos Ríos estrenan su nueva película 'El vuelo del guirre'

El vuelo del guirre cierra la trilogía de los Ríos sobre los emigrantes isleños abordando uno de sus dramas menos explorados -el retorno- de la mano de los actores Carlos Álvarez Novoa y Adrián Rodríguez, quienes representan en paisajes del Archipiélago, como abuelo y nieto, el devenir humano de los últimos 40 años. A partir del viernes la cinta se proyectará en los cines price-Renoir de la capital tinerfeña.

Poco se ha hablado, al menos hasta que las Islas se han convertido en receptoras de cayucos, del drama de los emigrantes canarios retornados, a los que en su día la desgracia también obligó a embarcar hacia tierras venezolanas para encontrarse, a su vuelta, con un Archipiélago inhóspito y desconocido. Teodoro y Santiago Ríos se harán eco de este problema, y de las perspectivas más actuales de la inmigración, en El vuelo del guirre, su tercera incursión cinematográfica sobre el fenómeno, que los hermanos plantean, según adelantaron ayer en rueda de prensa, como “la primera road movie canaria”, y que, al contrario que Guarapo y Mambí, se hará realidad “sólo con medios propios”.

Los realizadores, que comparecieron ayer en rueda de prensa en compañía, entre otros, de los dos protagonistas del reparto, Carlos Álvarez Novoa (Solas) y Adrián Rodríguez (conocido por su papel de DVD en la serie Los Serrano) manifestaron que “dada la situación del cine nacional, la producción del film ha sido netamente autonómica, con medios, técnicos y recursos propios”, a los que han contribuido las administraciones canarias hasta elevar un presupuesto de 640.000 euros. Esta road movie se desarrolla, según Teodoro Ríos, “en el Sur de Tenerife y en Las Palmas, para mostrar esa Canarias nueva y pujante” que sorprende al retornado Benigno (Álvarez Novoa) junto a su, hasta el momento, desconocido nieto Zeben (Rodríguez). El vuelo del guirre se situará, pues, “en la Canarias del presente, que ya no es tercer mundo, como cuando Benigno emigró, y que además hoy percibe el fenómeno inverso”. “Todo este contraste, los cambios producidos en nuestro país y en la cultura canaria, y también el problema de las pateras, se reflejarán en la película a través de estos personajes, con música de Benito Cabrera”, anunció también Teodoro Ríos.

Su hermano Santiago recordó, por su parte, que la cinta “concluye una trilogía que en principio iba a cerrar la película Isleños, sobre la Fundación San Antonio de Texas, pero que no pudo materializarse por problemas presupuestarios”. En su lugar, dijo el realizador, “terminamos de forma natural con este vuelo, que se refiere a la especie de buitre desaparecida prácticamente de esa Canarias que ya no es”.

En esta historia, que se centra en el viaje por el que abuelo y nieto “se reencuentran con el pasado”, intervienen otros actores “como Isabel Prinz y Ernesto Galván”, inmersos muchos años en lo que Ríos denominó “la lucha del teatro”, y que han contribuido a hacer posible un largometraje nuevo, género “que ojalá pudiéramos trabajar cada lustro al menos, y no cada diez años”, dijo el cineasta.

El tercero de los hermanos, Roberto, director de fotografía de la película, comentó que el rodaje se ha adaptado al formato digital. “Hemos trabajado en alta definición para luego pasarla a 35 milímetros”, combinación que a su entender ha supuesto “una suerte”, por cuanto la cámara digital “nos permitirá una soltura en los encuadres que los 35 nos habrían impedido”. Por ello, considera que “en este caso, la falta de presupuesto no irá en detrimento del resultado final”, y adelantó que El vuelo del guirre es un film “en el que la fotografía será muy natural, de modo que ambas nos ayuden a contar la historia”.