MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
El director de escena Gustavo Tambascio presenta desde el 10 de marzo en la Sala Verde de los Teatros del Canal su visión de “horror gótico y gran guiñol” del clásico 'Frankenstein' de Mary Shelley. Así lo explica el también autor de la versión de este espectáculo, que estará en cartel en Madrid hasta el 4 de abril y que constituye un estreno absoluto.
El montaje es, según Tambascio, “una fiel versión del texto de Mary Shelley”, un experimento en clave “romántica” en donde no falta también el humor y que gira en torno al deseo de libertad y el ansia de emular a los dioses. El doctor Frankenstein (encarnado por Raúl Peña) y su criatura (que interpretan Javier Botet y José Luis Alcedo) llevan al espectador de la reflexión al thriller gótico, de la meditación al horror romántico. Completan el reparto de esta producción Natalia Hernández, Eduardo Casanova, Nerea Moreno, Javier Ibarz, Emilio Gavira, Mario Sánchez y Alvaro Alvarado.
Cuando la novela de la escritora inglesa salió publicada, era una obsesión la creación de la vida a partir de la muerte. La repercusión de la obra tuvo diferentes lecturas de muy diversa índole, convirtiéndose en una referencia de la literatura universal.
UNA CRIATURA ASOMBROSA
Tambascio recalcó su intención de resaltar la “inteligencia asombrosa” de la criatura creada por Víctor Frankenstein, un aspecto que se ha obviado en otras producciones teatrales, bastante escasas (la mayoría entre 1823 y 1929) debido a la sombra que han hecho las sucesivas versiones cinematográficas, entre ellas la mítica película de James Whale.
La función repasa, además de este despertar de la poderosa inteligencia de la criatura, sus amargas reflexiones, la desesperación vital y filosófica del doctor Frankenstein, y el espejo en que éste se constituye para el ambicioso marino científico, el capitán Walton. Los aspectos más legendarios del mito de Frankenstein y su monstruo también están presentes.
PERSONAJES INCORPORADOS
En este montaje, Guatavo Tambascio ha incorporado varios personajes: un anarquista, un miembro del partido conservador, una feminista y el personaje de Polidori. Todos ellos observan y narran el desarrollo de la trama a la vez que avivan el debate sobre la ética de los temas científicos presentes en ella, como la creación de la vida a partir de seres muertos, la clonación de seres vivos o el trabajo con células madre, explicó el director de escena.
Todo esto aderezado con un lenguaje “clásico” que no es el cotidiano de hoy. En el caso de la criatura, el director de escena ha optado por resaltar las “palabras raras” que utiliza en la obra de Shelley.
Por su parte, la puesta en escena, con escenografía de Ricardo Sánchez Cuerda y vestuario de Alejandro Andújar, se remite en parte a la maquinaria del “grand guignol” y a la iconografía de los románticos ingleses y alemanes, con una permanente adscripción al regusto por la alternancia de lo monstruoso y lo sublime.
UN SER POR ENCIMA DEL RESTO
El actor Raúl Peña confesó hallarse a un 10 por ciento de entender la dimensión de su personaje, “un ser que sabe que tiene algo grande entre las manos y cuya capacidad está por encima del resto, algo que le resulta difícil de explicar a la humanidad”.
Para Javier Botet y José Luis Alcedo, ponerse en la piel de la criatura ha sido “un reto” y aporta distintas visiones del personaje en el que han profundizado y del que han hallado “numerosos matices”.