En medio del luto y la conmoción por la muerte de José Saramago, en las últimas horas la polémica la ha traído la Iglesia católica. El diario del Vaticano, L'Osservatore Romano, publicó este sábado un artículo en el que califica de “populista y extremista” al Nobel de Literatura portugués, fallecido el viernes en su casa de Lanzarote. El obituario, titulado La (presunta) omnipotencia del narrador, arremete contra su ideología “antireligiosa” y “marxista”.
“Fue un hombre y un intelectual de concesión metafísica, anclado hasta el final en una obstinada confianza en el materialismo histórico, en el marxismo. Lúcidamente posicionado en la parte de la cizaña en el campo de trigo de la evangelización, se declaró insomne de preocupación por las cruzadas o la inquisición, olvidando los gulags, las purgas, el genocidio, los samizdat culturales y religiosos”, argumenta el texto, firmado por Claudio Toscani.
El artículo repasa la vida y obra de Saramago y se detiene en El Evangelio según Jesucristo, novela que considera “irreverente”, un “desafío a la memoria del cristianismo”.
“Y en cuanto a la religión, atada como estuvo siempre su mente por una destabilizadora trivialización de lo sagrado y por un materialismo libertario que cuanto más avanzaba en años más se radicalizaba, Saramago no abandonó nunca su incómoda simplicidad teológica: si Dios es la fuente de todo, Él es la causa de todo efecto y el efecto de toda causa”, escribe Toscani.
“Un extremista populista como él, que se hizo cargo del porqué del mal en el mundo, debería haber abordado en primer lugar el problema de las erróneas estructuras humanas, de las histórico-políticas a las socio-económicas, en vez de saltar al plano metafísico y culpar con demasiada facilidad y sin mayor consideración a un Dios en el que él nunca había creído a causa de Su omnipotencia, de Su omnisciencia, de su clarividencia”, añade el obituario.