MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
La escritora Annabel Lyon recrea en su nueva novela, 'El maestro de Alejandro', las conversaciones que mantuvieron Aristóteles y Alejandro Magno. En ella asiste a las enseñanzas que recibió el emperador y rey de Macedonia durante la época en la que el filósofo se convirtió en su tutor.
Filipo de Macedonia, padre de Alejandro, le pidió a su amigo Aristóteles que se hiciera cargo de la educación de su hijo adolescente, Alejandro, con el fin de modelar el intelecto del futuro conquistador y “niño de la guerra”, según ha señalado la autora en la presentación de este libro.
Lyon dedicó sus estudios a la Filosofía y su pasión siempre fue Aristóteles. Ahora, su intención es recordar a la gente quién era este filósofo y lo que hizo, ya que considera que “sólo se conoce su nombre, pero no se sabe de qué era responsable y cuánto le debemos”.
Por ello escogió este periodo de su vida, del que se ha escrito “muy poco” y que supuso, a su juicio, una época “muy turbulenta en Grecia”. “El propio Aristóteles vive en convulsión interna porque vive lejos de donde quería estar”, señala la escritora.
En estos años entra en juego la figura de Alejandro Magno, clave en este periodo de la vida del filósofo. Lyon explica que aunque “sus logros fueron asombrosos”, no era un personaje “glorioso, sino desgraciado”. “Es lo que hoy llamaríamos un niño de la guerra, alguien que con 16 años ya se encontraba en el campo de batalla”, afirma.
“PUEDES APRENDER SIN CONQUISTAR”
Durante la relación entre Aristóteles y Alejandro Magno el pensador le transmite valores como la divina proporción (“Debes buscar el punto medio entre los extremos, el punto de equilibrio”), una moderación que para el futuro conquistador sólo significa “valorar la mediocridad”.
Durante la primera etapa de estas enseñanzas, el filósofo consigue ejercer cierta influencia y admiración sobre el que se convertirá en rey de Macedonia. Sin embargo, a medida que pasan los años, Alejandro se centra en sus aspiraciones como monarca. “Puedes aprender sin conquistar”, dice el filósofo, a lo que Alejandro replica: “No, tú eres el que puede”.
Lyon ha sido rigurosa y ha mantenido la precisión histórica. “La única licencia ha sido situar a Aristóteles en el campo de batalla”, subraya. Además, señala que la mayor dificultad y el reto de este libro ha sido “tratar de habitar en la mente de un genio”.
Según indica, hay muchas teorías acerca de por qué filósofo aceptó educar y enseñar a Alejandro Magno. “Mi tesis es que disfrutó con el reto de trabajar con alguien como Aristóteles”, explica. Además, añade que no trabajó encerrado en un cuarto, sino que “le gustó implicarse y observar el ascenso de la estrella macedonia”.
Actualmente, la escritora trabaja en la secuela del libro, en la que desarrollará la figura de Pitia, la hija de Aristóteles. “Me imagino a una mujer con mucha personalidad, que quería hacer lo que ella quisiera”, señala. Para abordarlo usará la imaginación y unirá las piezas del puzle del contexto histórico, ya que afirma que “tan sólo se conoce su nombre y las intenciones que tenía su padre acerca de su futuro”.