MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
Un grupo de investigadores ha descubierto el instrumento musical más viejo del mundo, una flauta hecha de hueso de aves y marfil de mamut, que tiene entre 42.000 y 43.000 años de antigüedad. El hallazgo se ha producido en una cueva al sur de Alemania, en donde también se hallaron evidencias de una temprana ocupación de Europa por parte de los Homo Sapiens.
Los autores del trabajo, publicado en el 'Journal of Human Evolution', llevan estudiando la flauta desde que fuera encontrada en 2009 y, hasta ahora, utilizando la datación por radiocarbono, no habían podido asegurar la época en la que fue construida.
Según ha señalado uno de los autores, Nick Conard, “los resultados ahora obtenidos son consistentes”, además, ha indicado que “coinciden con una hipótesis que se hizo hace varios años, de que el río Danubio fue un corredor fundamental para el movimiento de seres humanos e innovaciones tecnológicas hacia el centro de Europa, entre 40.000 y 45.000 años atrás”.
Conard, también ha destacado que la cueva en la que ha sido hallada la flauta, conocida como 'Geissenkloesterle', es uno de los lugares de la región en la que se han producido más hallazgos de adornos personales, arte figurativo, imaginería mítica e instrumentos musicales.
Para los expertos, la música hace 43.000 años pudo haber tenido implicaciones muy profundas. Algunos investigadores opinan que la música puede haber sido uno de los comportamientos clave para la especie humana, que la ayudó a darle una ventaja sobre los Neandertales, de naturaleza más conservadora.
“La música era utilizada en muchos contextos sociales: posiblemente religiosos, posiblemente recreacionales. Muy parecido a como se usa la música hoy, en diferentes escenarios”, ha señalado Conard, para quien las flautas son “el registro más antiguo de las innovaciones tecnológicas y artísticas” del período auriñaciense.
“Esta cultura también creó el ejemplo más antiguo conocido de arte que debe representar a una persona, que se ha encontrado en la misma cueva en 2008: una estatua de hace 35.000 años”, ha apuntado.
Los seres humanos modernos durante el período Auriñaciense se encontraban en el centro de Europa, al menos entre 2.000 y 3.000 años antes de este deterioro climático, cuando enormes icebergs, nacidos de las capas de hielo del Atlántico norte y las temperaturas se desplomaron.