El consejero de Cultura, Isaac Castellano, ha pedido este jueves “rebajar el ruido” en torno al Festival de Música de Canarias porque impide el diálogo y deteriora su imagen en el exterior, de forma que contribuye a rebajar el caché artístico y no hace “deseable” a los músicos venir a las islas.
Isaac Castellano, que también es titular de Turismo y Deportes, realizó esta consideración en una comisión parlamentaria en la que informó sobre el balance de la edición de 2018 del Festival Internacional de Música de Canarias a petición de la diputada popular Josefa Luzardo, quien lo calificó de “satisfactorio”.
En su intervención el consejero indicó además que el Gobierno canario aspira a ampliar el número de patrocinadores del Festival Internacional de Música de Canarias, en donde aún hay “un amplio recorrido por realizar”.
En este incremento puede ayudar el trabajar en la mejora de la imagen del evento y de su aceptación por la sociedad, pues cuando hay optimismo por una apuesta cultural aumenta su capacidad de atracción de patrocinadores, añadió Isaac Castellano, quien subrayó que “no vamos a hacer el Festival de espaldas al público”.
El objetivo es ser capaces de fidelizar al público tradicional al tiempo que se realizan políticas encaminadas a acceder a nuevos espectadores, y para ello se estudian diferentes actividades como el acceso a las escuelas y la participación de las bandas de música.
Añadió que seguirá habiendo compositores canarios en el Festival y recordó que en 2018 se han recaudado 473.746 euros en veintiséis conciertos. La Consejería también estudia que haya diferentes tipos de abono en función de los conciertos, y no se plantea efectuar modificaciones en el consejo asesor del Festival.
La diputada del grupo Popular Josefa Luzardo dijo que el año pasado el Festival “fue un desastre” y además ocasionó un “agujero” de 418.000 euros de tal manera que “se llevó por delante a la consejera anterior”, María Teresa Lorenzo, mientras que en 2018 el balance ha sido positivo no solo en lo económico, sino en la respuesta del público.
“El Festival es el principal evento que organiza el Gobierno de Canarias y si hay poco ruido, o ninguno, y mucha música, es lo mejor”, afirmó Luzardo, quien pidió primar la calidad sobre la cantidad en las propuestas musicales.
El diputado del grupo Nacionalista Canario David de la Hoz aseveró que se ha cambiado el consejo asesor y ahora cuenta con representación de los cabildos y de entidades culturales, señaló que faltan aspectos como llegar a más sitios y plantear qué modelo de festival se busca, y solicitó que vuelvan a participar las bandas de música.
La parlamentaria del grupo Socialista Victoria Hernández consideró que la cultura canaria es mucho más que el Festival de Música, preguntó si es cierto que la ocupación de los dos grandes auditorios cuesta al evento casi cien mil euros y alabó la generosidad del resto de cabildos que ceden sus espacios gratuitamente.
Esto denota falta de gestión política, pues se negocia con los cabildos de Tenerife y de Gran Canaria, ya que esa cantidad “monstruosa” de dinero puede contribuir a bajar el déficit del Festival y aumentar la programación, añadió Hernández.
Juan Márquez, de Podemos, opinó que lo que hay que plantear es “qué queremos” con el Festival, reiteró que no se trata de una cuestión “de lujo, de grandes orquestas”, pues la música no es “un producto elitista, sino como el aire que respiramos”, y debe primar por ello el acceso a todo tipo de público.
Como ejemplo señaló que ha habido más público para la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria que para la de Novosibirsk y consideró que no hay que esperar a que venga todo el mundo de todos los barrios, sino de llevar allí las iniciativas para darlas a conocer.
El diputado del grupo Mixto Jesús Ramos afirmó que el Gobierno canario “ha cambiado de melodía” en esta nueva edición y ha sido un acierto, pero pidió mayor eficiencia en los conciertos que se programan en las islas no capitalinas pues los asistentes que han ido a La Gomera “se ven ampliamente superados” por los que acuden a cualquier verbena.