Javier Sierra: “Necesitamos trascendencia; necesitamos que alguien nos haga volar”

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 8 (EUROPA PRESS/Pablo Fraile)

El autor Javier Sierra se asoma al Apocalipsis en su nueva novela, 'El ángel perdido' (Planeta), en donde la historia y la magia se mezclan para conformar un 'thriller', a medio camino entre la fantasía y la ciencia ficción, que termina revelándose como un retrato optimista del ser humano.

Amanece en Santiago y, tres horas después, Javier Sierra posa sonriente en la Plaza del Obradoiro, justo enfrente de la célebre catedral. Allí arranca su última obra, en la que retoma su pasión por lo oculto para trazar una historia de misterio que mece al lector desde la primera a la última página.

Según el autor, la primera edición de esta obra, de 200.000 ejemplares, ha sido ampliada por la editorial en vista de su gran aceptación entre los lectores. En el corazón de Santiago, el escritor aragonés justifica su éxito en nuestra “necesidad” de encontrar respuestas en “tiempos de crisis”.

“Necesitamos trascendencia; necesitamos que alguien nos haga volar”, asegura el autor, quien se ha desplazado hasta Galicia para presentar su último trabajo acompañado por un grupo de periodistas, con los que ha recorrido algunas de las localizaciones que aparecen en la novela.

Así, ha vuelto a recorrer los enclaves más célebres de la ciudad y a sumergirse en el interior de su catedral, para continuar su periplo por la localidad de Noia y finalizar este particular camino de Santiago en Finisterre, el fin del mundo para los antiguos, la puerta del “mar más tenebroso”.

UN VIAJE A NUESTROS ORÍGENES

La obra gira en torno a la relación entre Julia Álvarez, una restauradora gallega que trabaja en el Pórtico de la Gloria, y su marido Martin Faber, un afamado climatólogo secuestrado en la frontera entre Turquía e Irán. Ambos comparten un secreto que puede decidir el futuro de la Humanidad.

Cae la noche de los Difuntos en Santiago, pero la restauradora gallega Julia Álvarez continúa trabajando, en solitario, en la recuperación del Pórtico de la Gloria, que ha recibido a los peregrinos de todo el mundo durante siglos y que, misteriosamente, comienza ahora a resquebrajarse.

De pronto, un extraño irrumpe en el templo y se dirige a ella en una lengua desconocida, pero un súbito tiroteo interrumpe el encuentro y provoca la huida del intruso. Es entonces cuando Julia conoce a su salvador, el agente secreto Nicholas Allen, quien le informa del secuestro de su marido.

Casi sin tiempo para asimilar la noticia, Julia Álvarez se verá inmersa en un viaje trepidante para rescatar a su esposo y, entremedias, deberá lidiar con una secta milenaria del corazón de Armenia y una agencia de espionaje estadounidense en su pugna por el control de dos poderosos talismanes.

Las piedras, de origen extraterrestre, permiten la comunicación entre los seres humanos y los ángeles, los seres celestiales que, según el antiguo 'Libro de Enoc', se mezclaron entre los hombres para poseer a sus mujeres y engendrar toda una estirpe de gigantes que pervirtieron a la Humanidad.

SANTIAGO COMO PUNTO CARDINAL

“Elegí Santiago porque era frontera entre el más allá y el más acá. Este era el lugar donde se acababa el mundo. La gente se asomaba aquí para ver el más allá”, asegura el autor, que situó su anterior novela, 'La cena secreta' (2004), en la lista de libros más vendidos en Estados Unidos.

Con la ciudad gallega como referencia, el escritor fue trazando una “novela de búsqueda” con la finalidad de acercarse a tres grandes enigmas de la Humanidad, la naturaleza, la procedencia y el destino de nuestra especie. “A diferencia de otras, esta es una historia esencial”, ha precisado.

“Es lógico que me comparen con Dan Brown, porque tenemos muchos puntos en común y utilizamos técnicas similares, pero yo creo que en mi caso el propósito es distinto. Yo quiero devolverle el sentido de la trascendencia a los lectores”, ha explicado el escritor aragonés.

Antes de entregar el manuscrito a la editorial, el autor visitó el monte Ararat (Turquía), uno de los puntos clave de su novela, con el ánimo de recabar la información necesaria para terminar de perfilar su obra y trasladar a los numerosos lectores “toda la autenticidad y la veracidad posibles”.

“Yo escalé el Ararat y lo hice antes de acabar la novela porque quería recrear con toda la fidelidad ese escenario. El proceso de documentación ha sido largo, se ha cocinado a fuego lento, mediante consultas en archivos y mucho trabajo de fondo, y eso es lo más enriquecedor de este libro”, dice.

El autor, que ha regresado a la narrativa después de siete años, comenzó a interesarse por lo oculto en su niñez. “Yo era muy precoz, leía cosas que no me mandaban y me hice espíritu crítico”, concluye Javier Sierra, que publicará su novela en Estados Unidos el próximo mes de octubre.