MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
Llega a los cines 'Todas las canciones hablan de mi', dirigida por Jonás Trueba, una “comedia que no es una comedia, una película romántica que no es una película romántica ni sentimental, un retrato generacional que al mismo tiempo no lo es”. La única certeza al respecto que parece tener el director, según ha planteado a Europa Press, es que “el amor siempre es doloroso”.
Su intención, además, ha sido hacer una película “bastante abierta, libre, viva, que vale por la gente que sale en ella, personajes muy diversos entre sí, y que puede generar emociones muy diversas”. “Una película que genere diferentes sentimientos y que sea el espectador, en función de sí mismo, el que termine de cerrarla”, ha apostillado.
Por eso, ha insistido en que su intención era dejar una historia “bastante abierta a las lecturas del espectador”, pues a él cuando va al cine no le gusta que las películas le “impongan los sentimientos” o lo que tiene “que pensar sobre cada imagen o cada personaje” que ve en la pantalla.
Protagonizada por Oriol Vila y Bárbara Lennie, 'Todas las canciones hablan de mi' no es una comedia romántica al uso, puesto que en lugar del clásico chico conoce a chica, en esta ocasión la historia versa sobre un chico que trata de olvidar a una chica, lo cual de por sí ya complica mucho más la trama.
“No es algo que puedas premeditar, pero el cine es una forma de exploración de uno mismo y de la gente que te rodea, y creo que es una película honesta en la que todos los que la hemos hecho nos reconocemos bastante. A mi me da hasta vergüenza, pero sí que si empezara a hacer otra película sería diferente y relacionada con el yo de ahora, no de hace unos meses”, ha explicado.
En esta línea, Trueba ha agregado que “haces la película porque tienes dudas sobre cosas, no certidumbres”. “No tengo ni idea del amor, por eso he hecho la película, y estoy tan perdido como cualquiera. Esa es la gran virtud del cine, que regala mucha vida y no es que dé respuestas, pero al menos sí vas sacando algunas certidumbres”, ha aseverado.
A su juicio, esta película “habla de insatisfacción, de infidelidad, de muchas cosas que no son propias sólo de los jóvenes, sino de cualquier edad”. Por eso ha descartado que sea realmente un retrato generacional sobre jóvenes nacidos a finales de los setenta o los primeros ochenta, y ha destacado que le gustaría que el público “fuera todo lo diverso posible”.
Eso sí, ha puntualizado que lo más generacional de la película es “algo que pasa a los de finales de los setenta, que pasaron la juventud escribiendo cartas a mano y luego llegó internet, a pesar de lo cual siguen entre lo analógico y lo digital”.
Para el joven cineasta, “hacer una película es en cierto modo desprenderte de algunas cosas tuyas que necesitas ir soltando, y te aceptas en un momento determinado con tus defectos y tus virtudes”. Por eso ha afirmado que “cuando empiezas de verdad a ser consciente de tus limitaciones es cuando comienzas a crecer”.
SENTIR LA PRESIÓN DE TUS PADRES
Sobre presiones o prejuicios por ser hijo de Fernando Trueba, Jonás ha apuntado que probablemente su abuelo ni “llegaría a ver” la primera película de su padre, pues “no le interesaba lo más mínimo el cine”. “El hecho de no sentir la presión de tus padres o que les da igual debe ser bueno pero al mismo tiempo triste y frustrante”, ha indicado.
Así, ha argumentado que en su caso es “al contrario”, porque sabe que lo que hace “es apreciado por la gente cercana de tu familia y sabe el esfuerzo que conlleva y lo saben valorar”. Ha añadido que “eso es bonito y ellos ven una película” en la que le reconocen“.
“Es inevitable que me pregunten esto, y de entrada seguramente genere una sospecha o un prejuicio en el público. Seguramente la gente lo tenga antes de ver la película, pero espero que se hagan un juicio sólo de la película al margen de quien la ha hecho”, ha zanjado.