BARCELONA, 22 (EUROPA PRESS)
El músico y poeta Leonard Cohen celebró esta noche su 75 aniversario con un concierto en el Palau Sant Jordi de Barcelona al que asistieron unas 14.000 personas -entre ellas el presidente de la Generalitat, José Montilla- y con el que cerró su gira europea.
“Gracias por vuestras felicitaciones, no sé cuándo volveré a celebrarlo así”, dijo tras cuatro canciones e interrumpido por una fuerte ovación de sus fans, que se pusieron de pie mientras él, sonriente, se emocionaba y se quitaba el sombrero.
El cantautor más melancólico y con la voz más ronca que se ha conocido arrancó como ya es habitual con 'Dance me to the end of love' y no mostró ningún resquicio de cansancio durante las tres horas de recital, impropio para alguien de su edad y sobretodo tras el incidente de hace tres días en Valencia, donde suspendió el concierto al cabo de cuatro canciones por un corte de digestión.
Pausado pero igual de vigoroso -sube a la carrera al escenario- que hace 35 años, cuando actuó por primera vez en España, Cohen interpretó grandes éxitos que han influido en muchos otros artistas, como 'Bird on a wire', 'Suzanne', 'Chelsea Hotel', 'Famous blue raincoat', 'Everybody knows' y 'Who by the fire', éstas dos con la importante participación del aragonés Javier Mas a la guitarra y bandurria.
Más amigo de la sobriedad, el aire apesadumbrado y los leves gestos que de los grandes parajismos, el 'gentleman' arrancó recitando 'a capella' 'Anthem', ante un silencio sobrecogedor en el Sant Jordi. Cuando empezó a entonarla, la banda, compuesta por cinco músicos y tres coristas, le siguió, y Cohen presentó “a la ciudad de Barcelona” a todos sus músicos, con el sombrero en el pecho en señal de pleitesía, empezando por Mas y refiriéndose luego a la corista Sharon Robinson como su “esposa secreta y colaboradora”.
VELAS PARA 'SUZANNE'
Tras un intermedio de unos 20 minutos, volvió sólo con las coristas para entonar 'Tower of song' tras el teclado, con el que hizo un breve y discreto solo que el público aplaudió tanto que Cohen, riendo a carcajadas, dijo: “Sois muy, muy amables”. Después enlazó a la guitarra con 'Suzanne', durante la que un centenar de sus fans encendieron las velas que esta tarde les dieron en la presentación del libro del traductor de Cohen al español, Alberto Manzano, titulado 'Palabras, poemas y recuerdos de Leonard Cohen'.
Cohen hizo varios guiños al público cambiando algunas letras de canciones como la de 'Hallelujah', en la que dijo: “No he venido a Barcelona a tomaros el pelo” -en Praga también dijo lo propio- y 'The Partisan', en la que aseguró: “Tengo muchos amigos, y algunos de ellos están aquí conmigo esta noche”, con lo que sus fans enloquecieron mientras a la bandurria Mas demostraba que es todo un virtuoso, para dejar paso luego a Sharon Robinson, que acompañada por las hermanas Webb -las otras dos coristas- interpretó la jazística y sensual 'Boogie Street'.
REGALOS DEL PÚBLICO Y DE LOS MÚSICOS
El compositor se guardó la mejor baza en el sombrero para el final: la mística y adaptada al concierto 'Hallelujah'; 'I'm your man', y 'Take this waltz', en la que hace un breve duo con cada una de las hermanas Webb. Al acabar tres bises de varias canciones cada uno, el público que se había agolpado ante el escenario le lanzó ramos de flores, rosas de peluche, libros, escritos y posters.
También sus músicos le rindieron homenaje cantando a capella tras una pancarta en la que le felicitaban por su 75 aniversario. Agradecido, hizo un saludo zen y dio unos saltos hacia el camerino que hacen pensar en que hay Cohen para rato y que lo del viernes sólo fue un contratiempo.
Tras un retiro espiritual de años a un monasterio zen de California y la estafa que le procuró su representante, cifrada en unos cinco millones de dólares, Cohen afrontó las vicisitudes con esta nueva gira, primera en 15 años, que emprendió en abril del año pasado el canadiense y que se cerrará en Estados Unidos a mediados de noviembre. Si se ha hecho por dinero o por una pura necesidad de retomar el contacto con el público sigue siendo una incógnita, igual que lo es si el de hoy fue el último concierto que jamás dará en tierras europeas.