El escritor Isaac de Vega, Premio Canarias de Literatura en 1988, ha fallecido este lunes en Tenerife tras una grave enfermedad, informaron fuentes del sector editorial, y tras legar a la producción literaria canaria una novela emblemática, “Fetasa”, que generó un movimiento homónimo.
Isaac de Vega impulsó el llamado movimiento “fetasiano” en la década de los 50 del pasado siglo junto a Rafael Arozarena, autor de “Mararía” y con el que compartió el Premio Canarias de Literatura, y los autores Antonio Bermejo y José Antonio Padrón.
Este movimiento unió a los autores isleños en un afán literario completamente contrario a la literatura en auge entonces en la España de la posguerra, y que propugnaba el realismo y los asuntos de marcado carácter social.
El autor de “Fetasa” nació en Granadilla de Abona el 7 de noviembre en 1920 hijo de padres maestros, por lo que su infancia se desarrolló en Igueste de Anaga, Santa Cruz de Tenerife y en La Laguna, donde acabaría fijando su residencia.
En La Laguna estudió Magisterio y dos cursos de Ciencias, según consta en “La enciclopedia de la literatura canaria” publicada por el Centro de la Cultura Popular Canaria, que especifica que aunque fue llamado a filas en 1938, no entró en combate y se licenció en 1944, el período de influencia literaria de Pío Baroja, Azorín y Unamuno.
Ejerció de maestro nacional en La Gomera y El Hierro y a su regreso a Tenerife, conoció a Rafael Arozarena.
En 1950 publicó su primer cuento, “El alma de las cosas” y cinco años después comenzó a colaborar en el suplemento “Gaceta semanal de las artes” que publicaba el periódico La Tarde, y a través del cual conoció a Domingo Pérez Minik y Eduardo Westerdahl.
Ya en esta década, y descontento con el panorama cultural, procuró alejarse del realismo que se imponía en la literatura del momento, un sentimiento en el que lo acompañaban Arozarena, Antonio Bermejo y José Antonio Padrón, el grupo que impulsó el movimiento fetasiano.
Tomó este nombre de “Fetasa”, la novela publicada por Isaac de Vega en 1957 y que dio nombre a esta corriente narrativa, caracterizada por el aislamiento, la soledad, la interpretación del sí mismo en el mundo.
Isaac de Vega es autor de una considerable y singular obra narrativa que alcanza hasta los primeros años del siglo XXI y en la que figuran títulos como “Antes de amanecer”, “Parhelios”, “Tassili” y “El cafetín”, en una vasta producción literaria que se recopiló en 2005 en sus “Obras completas”.
En 2001 ingresó en la Academia Canaria de la Lengua con un discurso que versó sobre “Literatura y vivencia” en el que expresó su convicción de que la experiencia literaria pertenece a un mundo confuso cuyos personajes no se atienen a los principios de la lógica.
Su disconformidad con la literatura española de la posguerra quedó patente en 1959 con su artículo “Un arte de vía estrecha”, en el que expresaba su rechazo a la narrativa “de compromiso” por entender que se atenía a un “dirigismo social”.
El adiós de un pionero
El consejero de Cultura del Cabildo de Tenerife, Cristóbal de la Rosa, ha subrayado que tanto el escritor Isaac de Vega, fallecido hoy, como Rafael Arozarena, abrieron el camino a una nueva literatura canaria.
Cristóbal de la Rosa señaló que Isaac de Vega junto al resto de autores “fetasianos” representaron el anhelo, tras la Guerra Civil española, de constituir una nueva vanguardia de la literatura canaria.
El Premio Canarias de Literatura con el que fueron galardonados tanto De Vega como Arozarena, autor de “Mararía”, va en esa línea de reconocer la vanguardia que ambos impulsaron en las letras isleñas “y que tiene un alto valor”, añadió el consejero.
La literatura de Isaac de Vega se distinguió por su contención formal, por el aislamiento, y sin embargo también exhibía “una especie de lo onírico, de lo simbólico”, explicó Cristóbal de la Rosa, quien destacó que la muerte del autor supone sin duda “una gran pérdida”.
Al respecto, aludió al documental que en 2006 realizó el cineasta David Baute sobre el movimiento fetasiano, y en el que aparecían Isaac de Vega y Rafael Arozarena, y que contribuirá “a que no se olvide, a recordar lo que ha hecho gente nuestra” aunque sea una contribución muy marginal para el gran público “que no llega” a los escritores canarios.
El consejero recordó además “el gusto por Igueste” que tenía Isaac de Vega, a quien gusta pescar y disfrutar de su pequeña parcela en este enclave de Anaga como “algo fabuloso y con magia”.