La historia de “El cosmonauta”, un relato sobre la carrera espacial del siglo XX vista desde el lado soviético que narra la primera película española financiada por suscripción popular en internet, se prolongará en 34 cortometrajes, un libro y las redes sociales, alargando su universo.
La trama arranca con la vivencia de “un cosmonauta que va en una misión secreta a la Luna y se pierde en el espacio durante siete meses y, al volver a la Tierra, se la encuentra vacía”.
Pero la historia de “El cosmonauta” ha sido concebido, en realidad, como “mucho más que una peli, como un proyecto transmedia, uno de los primeros proyectos transmedia que se hacen en España”, según ha avanzado hoy su director, Nicolás Alcalá, en Las Palmas de Gran Canaria, donde mañana estrena su trabajo en el marco del Festival de Animación, Efectos Especiales y Videojuegos “Animayo”.
Nicolás Alcalá ha subrayado además lo “avanzado” de esta película, que el día 18 se pondrá a disposición del público simultáneamente en cines, internet, vídeo y televisión de pago.
Abordar “El cosmonauta” como una propuesta transmedia, lo que implica “coger una historia y contarla en diferentes plataformas, ahora que tenemos internet, diferentes medios y diferentes pantallas”, ha reconocido su director, puede sonar hoy “a chino” en España, “pero que dentro de un par de años va a estar muy de moda”.
“En el caso de 'El cosmonauta', el centro es una película, pero alrededor va a haber 34 cortometrajes que complementan el universo de la peli y que permiten saber más de los personajes y del contexto histórico. Va a haber un libro escrito por los personajes y hay una ficción que se ha desarrollado en Facebook”, en un espacio para sus seguidores en internet, ha detallado.
La red ha sido, de hecho, determinante para que pudiera llevarse a buen puerto el rodaje del largometraje, el primero que acometía en su vida este joven director. A pesar de ello, decidió hacerlo “a lo grande, con rodajes en tres países y 120 localizaciones distintas, con ocho actores y escenas con decenas de extras”, en lugar de filmarlo con pocos personajes y escenarios, como es usual.
Esa decisión le llevó a quedarse sin dinero cuando solo le faltaba parte del trabajo para acabar la película, un obstáculo que consiguió salvar, no obstante, gracias a que decidió pedir a la ciudadanía en general, a través de internet, que financiara con pequeñas o grandes donaciones su proyecto, mediante una plataforma de “crowdfounding”.
Y tuvo éxito, ya que buscaba 40.000 euros que le faltaban y acabó por recaudar más de 130.000.
Todo ello ha hecho posible que, con el respaldo de un amplio equipo de profesionales de todo tipo, desde actores o técnicos de efectos especiales a profesionales de la producción, Nicolás Alcalá haya conseguido hacer realidad su sueño de construir “toda una narrativa” en torno a la historia que pretendía contar.
Historia que ha avanzado que se basa en las peripecias de “tres amigos, un triángulo amoroso ambientado durante la carrera espacial, solo que esta vez contada desde el punto de vista ruso”.
“Porque la historia americana ya nos la sabemos, se encargaron de contárnosla, pero nadie sabe que en Rusia hubo un montón de cosas increíbles, de misiones exitosas, de misiones fallidas, de conspiraciones, realmente, un montón de historias que dan para contar una historia épica”, ha recalcado.