El Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria abrirá el próximo 1 de abril su decimosegunda edición con la producción española Blackthorn, un título que imagina la existencia de Buch Cassidy (Dos hombres y un destino, de George Roy Hill, 1969) 20 años después del tiroteo sufrido junto a su amigo Sundance Kid. La selección de este título dirigido por Mateo Gil, producido por Airete Ariane y Arcadia Films, y protagonizado por Sam Shepard, Eduardo Noriega, Stephen Rea y Magaly Solier supone el reconocimiento del festival a una producción española que se ajusta a su identidad y filosofía.
El certamen grancanario, de esta forma, será el escenario que acoja la primera exhibición a nivel internacional que se realice de la película que se mostrará posteriormente en la sección competitiva del festival fundado el 2001 por Robert de Niro, el Tribeca International Film Festival (20 de abril al 1 de mayo).
Blackthorn
ha sido íntegramente rodada en Bolivia, en el mismo punto en que George Roy Hill, dejó al trío de románticos forajidos, Buch (Paul Newman), Sundance (Robert Redford) y la joven maestra (Katharine Ross) de Dos hombres y un destino, pero Mateo Gil plantea una mirada íntima, un juego de imágenes que observen de cerca a los personajes y revelen el lado más profundo del viaje dramático: el de los sentimientos que el protagonista guarda hacia la tierra que lo acoge; hacia el pasado perdido y su fugaz reaparición en forma de nuevo compañero de aventuras.
Según el director, “el carácter melancólico es el principal atractivo de la propuesta, e impone en la puesta en escena un acercamiento íntimo al personaje: ese hombre viejo, cansado, solo, que por un breve momento antes del fin siente volver sus viejas ilusiones y energías, impulsado por quien cree en la reencarnación del pasado, de sus antiguos amigos e ideales, y resulta ser un impostor (el joven personaje del ingeniero de minas que, irónicamente, viene de la vieja Europa), un disfraz que se vuelve clara metáfora de un futuro donde los términos morales se confunden peligrosamente a favor del propio beneficio”.