Fotografías del pasado para entender el presente, ese es el objetivo de la exposición que se inaugura este miércoles a las 20.00 horas en la Casa de Colón y que lleva por título ‘Metrópolis Atlántica’.
Se trata de una muestra organizada junto a la FEDAC que invita al público a recorrer el proceso de conversión de Las Palmas de Gran Canaria en una gran urbe cosmopolita a través de 77 fotografías antiguas y un documental.
Esta ventana que se abre al ayer supone una apuesta por “difundir la historia de la ciudad y reconocernos en ella”, subraya la directora de la Casa de Colón, Elena Acosta.
La exposición se convierte así en una atalaya desde la que se obtiene una visión panorámica que ayuda a comprender la esencia de Las Palmas de Gran Canaria. Además, se inaugura justo en el mes en el que se celebra el 539 aniversario de su fundación y permanecerá abierta hasta el 3 de septiembre.
“A veces da la sensación de que no somos conscientes de que en efecto habitamos una metrópolis”, reflexiona el comisario de la muestra, Gabriel Betancor, técnico de Fondos Audiovisuales de la FEDAC (Federación para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía Canaria), un organismo autónomo dependiente del Cabildo.
Las fotografías que integran Metrópolis Atlántica, en su mayor parte nunca expuestas, proceden de los archivos de la entidad, que atesora más de 150.000 imágenes, 15.000 de ellas tomadas en Las Palmas de Gran Canaria.
La exposición fotográfica se articula en cinco grandes áreas temáticas: política, sociedad, cultura, paisajes y economía. Este hilo conductor permite adentrarse de lleno en el crecimiento a todos los niveles de una ciudad que en 1880 contaba con 20.000 habitantes y apenas un puñado de barrios que orbitaban alrededor de Vegueta, Triana y Los Riscos.
Metrópolis Atlántica embarca a los espectadores y espectadoras en la aventura oceánica de una ciudad que tuvo que afrontar diversos obstáculos geográficos, como la superación de los lindes de la vieja muralla para extenderse por los Arenales y el istmo de Guanarteme como una gran marea urbana y humana que abrazó al Puerto de la Luz para unirse definitivamente al mundo atlántico, tal y como subraya Betancor.
El auge urbanístico no se entendería sin analizar sus motivaciones sociales, políticas y económicas, caso de la exportación frutera, la eclosión del comercio, el turismo o la ebullición cultural. Y aquí habla la luz de las fotografías y el vívido mensaje que nos traen hasta el presente.
Una de las imágenes que lo demuestran es la gran torre de la Cícer (Compañía Insular Colonial Electricidad y Riesgos, SA) dominando la playa de Las Canteras como si fuera “una central nuclear”, según palabras del comisario. También destaca la visión de Las Palmas de Gran Canaria desde el viejo muelle de San Telmo, el Barranco del Guiniguada con su desaparecido Puente de Piedra, ambas de 1893, y la huella agrícola con la finca de Mr. Leacock en el barranco de la Ballena.
En este espejo de doble dirección, a veces son los ojos del pasado los que miran al visitante. Así ocurre con las fotografías de los trabajadores portuarios del Puerto de la Luz de 1915, con los grupos de republicanos y golpistas durante la Guerra Civil o con las personas que se embarcaron en el vapor ‘Valbanera’ en 1919. Son testimonios en blanco y negro que se reflejan y reverberan en la vital y abierta ciudad de 2017.