El orden artístico de las letras
Presentar un libro de poemas siempre constituye un reto, sobre todo si se trata de un amigo. Por comenzar según el orden que se aprecia en el liminar, el poeta José Francisco Delli-Paoli nos predispone desde el primer instante con un juego de letras. Mediante ese ejercicio metalingüístico el poeta registra una base inicial delatadora de un estilo. Un estilo concentrado, breve, reflexivo y de pensamiento sincrético. Y justamente esa breve explicación referencial que abre el poemario Piola, editado por Hamalgama·Cyberpress le brinda la oportunidad para subrayar su querencia poética, al señalar que Piola y su propio nombre, Paoli, son las mismas letras que se enhebran en otro orden para dar origen al yo poético de este poemario.
En origen y en la cultura general poética, la diversión lingüística sacude el magín de autores tan principales como Guillaume Apollinaire, distinguido por la original creación de los caligramas que, al fin y al cabo, son una invocación a las bellas letras que justamente es lo que caligrama significa. En un tono paralelo pero idiosincrático, Gómez de la Serna despliega en su arte de la greguería la misma señal inequívoca de gusto lúdico. Asimismo, la crítica singularizó y calificó a la obra anterior de José Francisco Delli-Paoli, Vahos del Titanio, para referirse a esa particular forma expresiva de la que hablamos, con el término “paolismo”, tomando la parte por el todo de esa forma personal de manipular el lenguaje. Cada una de aquellas formas arriba aludidas, en su justa medida denotan un estilo donde se expresa un ‘momentum’ ¡eureka!
Del orden artístico de las letras, reparamos en la profundidad de su raíz latina, littera, de la que procede precisamente la palabra literatura y la constelación que la prefigura. A este arte que se consideraba exclusivo de los seres humanos le ha salido al encuentro, un imbatible y caudaloso competidor, los llamados LLM (Modelos de Lenguaje Grande). Según los investigadores de este modelo de lenguaje, la Inteligencia Artificial puede escribir eficientemente y producir textos de mejor calidad que la de sus colegas escritores humanos. Pero de los investigadores hay que decir de todo un poco, y entenderlos con ciertas reservas. Por de pronto los LLM son incapaces de inducir estados mentales.
A falta de confirmar definitivamente la indubitada habilidad creativa de los LLM, se ha realizado un experimento donde los lectores humanos prefirieron los poemas de los LLM a los creados por los humanos. Ante esta observación disruptiva y post-literaria, también post-humanista, me pregunto qué hago yo aquí escribiendo estas líneas para presentar Piola del poeta y amigo Delli-Paoli Lima. La primera respuesta que se me ocurre y la más digna es subrayar que la poética de Piola por sí misma atesora un valor insustituible y un todo significativo. Es decir, un qualia existencial. La poética de sensibilidad simulada de los LLM puede llegar a colapsar de poemas el espacio vacío durante una eternidad, pero el espacio paradójicamente seguiría vacío, muerto.
Hay que aclarar que la poesía es hermosa porque existen personas que pueden experimentar o decir que es hermosa. La belleza existe porque hay personas que la experimentan o se emocionan ante ella. Una máquina inteligente podría producir automáticamente, sin solución de continuidad infinitas versiones de la creación poética humana. Pero será una réplica, un sucedáneo. Pero si aceptamos la premisa de una poética de las LLM la presentación de Piola someramente se desplaza a dirimir el que se aventura indiscernible duelo entre una poética de las máquinas inteligentes carentes de emoción y la poética de los humanos. Dejamos en este punto la cuestión, por ahora.
Y porque hablamos de literatura, a la literatura se le suele acompañar de textos críticos que inciden en la sobreabundancia de lo mismo. No es descartable que la mejor interpretación de una poética es su lectura y manejo. Su mayor homenaje resulta del hallazgo de un ‘momentum’ ¡eureka! Del libro de poemas de José Francisco Delli-Paoli lo propio es que pueda leerse del revés o del derecho, como un palíndromo o propiamente tal que un paolíndromo. Y en cuyo caso cabe considerar que los poemarios en realidad son objetos valiosísimos, objetos mentales únicos y reservorio de la gran y extensa conciencia humana.
Sumariamente, y respecto a su acción poética, Paoli recurre al despojamiento fenomenológico de los objetos sensibles y los desnuda ontológicamente. En algunos de sus poemas, en especial en un escenario de seres humanos arrojados al mundo, sabedores de su condición de ser seres para la muerte, se trasluce el temblor heideggeriano. Por lo que frente a la incertidumbre su yo poético pugna por recobrar una voluntad protagónica de persistencia.
Los LLM pueden escribir innumerables frases o textos palindrómicos. Este término palíndromo procede del griego ‘palin-dromos’, que es ‘correr hacia atrás’. Alude a una palabra o texto que puede leerse exactamente igual de derecha izquierda que a la inversa. Lo inefable resulta naturalmente del ‘momentum’ ¡eureka! Cuenta la leyenda que Arquímedes instantes después del descubrimiento que le hizo famoso, fue tal la emoción que le produjo que se olvidó de vestirse y salió en paños menores a las calles de Atenas gritando, ¡eureka, eureka!
Para finalizar, el filósofo Marx Tegmark propende pensar al ser humano como un discapacitado lógico respecto a la lógica de las IA, y por ello mismo lo reserva a la esfera sintiente en un previsible escenario de aceleración de la Inteligencia Artificial. Tegmark a su modo subestima el sentir. Piensa las emociones como una carga cuya prescindencia ilumina el futuro, y por cuya razón al homo sapiens lo renombra homo sentiens. Toca reflexionar sobre este escenario precipitadamente post-humano. Es seguro que hay mejores formas de ser humano y debemos descubrirlas antes que encubrirlas mediante tecno-utopías. Pero, ¿tienen las máquinas su ‘momentum’ ¡eureka!?
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