MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
A tan solo tres días del estreno mundial de 'La página en blanco' en el Teatro Real de Madrid, su autora, Pilar Jurado, ha explicado este martes la historia que ha querido contar en esta obra: “En ella se habla de ese futuro que está por descubrir y que no depende de nosotros. Pero en el fondo lo que prima es el ser humano”.
Así lo ha afirmado durante la presentación de este espectáculo, un encargo del anterior director artístico del coliseo madrileño, Antonio Moral, en el que su sucesor, Gerard Mortier, ha confiado plenamente.
“En el fondo se alude a la parte metafísica del ser humano porque las circunstancias que vivimos en el siglo XXI son muy especiales y esta crisis tiene mucho que ver con una crisis existencial, de valores”, ha aclarado.
Será la primera vez que una compositora estrene en el Teatro Real, un aspecto que llama la atención pero que no empaña la principal novedad de este proyecto, ya que Pilar Jurado es, además de la autora, la responsable del libreto y una de las protagonistas de la obra.
'La página en blanco' cuenta con un equipo alemán, elegido por Mortier, encabezado por el director musical Titus Engel al frente del Coro Intermezzo y la Orquesta Sinfónica de Madrid; el director de escena, David Hermann y el escenógrafo Alexander Polzin. El bajobarítono Otto Katzameier y el tenor austriaco Nikolai Schukoff, interpretan, junto a Pilar Jurado, los principales roles. “Yo sabía lo que quería desde el principio, pero ellos también son creadores y lo que hice fue coger todo aquello que engrandecía el trabajo que hacíamos juntos”, explica la autora.
UNA HISTORIA COMPLEJA
Jurado asegura que esta partitura, cantada en español y latín, es “una historia compleja que mezcla muchos sentimientos y emociones” y que aborda la incidencia de las nuevas tecnologías en el hombre y la mujer de hoy. Se trata de una metáfora del futuro en la que conviven la esperanza ante lo que hay que hacer y el miedo ante el abismo de la creación.
La música, “muy ecléctica”, ofrece “diferentes estilos” y “muchos momentos románticos” lo que le aporta una gran dificultad, según Titus Engel. “Lo divertido es poder jugar a llevar al espectador por la propia acción dramática a través de la música”, indica Pilar Jurado.
La compositora recuerda que ésta ha sido “una ópera muy viva” desde el principio y ha confesado los momentos de “incertidumbre” que vivió cuando Mortier sustituyó a Antonio Moral al frente de la dirección artística del Teatro Real. “Sin embargo, enseguida me hicieron comprender que era un encargo muy querido por el Teatro”, ha apuntado desvelando que inicialmente había pocos músicos y ningún coro y a día de hoy la orquesta supera los 55 profesores y el coro es realmente importante.
Engel ha destacado “las posibilidades de expresión extraordinaria como artista y como ser humano” de Pilar Jurado. Por su parte, David Hermann ha resaltado la idea “sencilla” que plasma el libreto “que se hace emotiva y sensible en el escenario”. Asimismo, ha aludido a los numerosos niveles que se solapan (virtual, real y ópera dentro de la ópera) y que ofrecen por si mismos un “carácter surrealista” que le recuerda al realismo mágico del cine español.
UN TRÍPTICO RELIGIOSO
Alexander Polzin ha diseñado para la ocasión un “tríptico cuasi religioso”, según Pilar Jurado, que se desarrolla a diferentes alturas en el escenario. El escenógrafo ha señalado que una de las ventajas de tratarse de un estreno absoluto es “no tener que pensar en otras representaciones y en cómo distanciarse de ellas”. “Aquí he podido hacer algo nuevo”, afirma.
Por el contrario, el problema surgió al principio porque sólo había “unas pocas escenas” cuando empezaron a trabajar hace dos años “y los escenógrafos necesitamos mucho tiempo”, ha recordado. Para Polzin, que el Teatro Real haya apostado por una obra de encargo juega “a su favor” y supone “aprovechar el talento español”.
Tanto Otto Katzameier como Nikolai Schukoff han ensalzado las cualidades de Pilar Jurado no sólo como artista muy versátil sino también por su capacidad para componer una partitura “llena de belleza”.
El coliseo madrileño acogerá ocho funciones de 'La página en blanco', el séptimo estreno absoluto de una obra contemporánea y el sexto encargo del Teatro Real. Durante los días de representación de esta ópera podrán verse, en distintas zonas del teatro, cinco esculturas realizadas por Alexander Polzin.