Ripstein: “Como dijo Álex de la Iglesia, todos tenemos una mala tarde”

MADRID, 4 (EUROPA PRESS)

Al igual que señaló en twitter el director Álex de la Iglesia, “todos tenemos una mala tarde”, dice El cineasta mexicano Arturo Reipstein. “O, como dice esa expresión tan española, un día es un día”, ha indicado, en referencia a sus polémicas declaraciones vertidas sobre el Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

Ripstein afirmó hace unos días que este festival ha pasado de “serio” a “subnormal”. Sin embargo, el pasado lunes declaró sentirse “arrepentido” y argumentó que sus palabras fueron fruto de la “furia agónica de la derrota”, que no pudo controlar. “Soy majadero porque quiero que me quieran”, ha señalado durante la inauguración del festival VivAmérica.

Arturo Ripstein y Rosen (Ciudad de México, 1943) afirma que su cara, sus gustos y sus cosas serán iguales siempre. “El mismo corazón y las mismas tripas” de un director que aprendió a hacer cine ayudado por uno de los grandes consejos: “Pon la cámara donde quieras ver”.

Ripstein añade que es importante “estar atento” a todo, porque la inspiración llega de “donde sea”, por lo que “uno ha de tener las antenas bien puestas para estar preparado cuando llegue”.

Su esposa, la guionista Paz Alicia Garciadiego, ha escrito muchos de los guiones de sus películas. “Su escritura es portentosa, pocos guiones he leído tan sabrosos, siempre hay en ellos sorpresas que me ilusionan y, además, trabajar con ella es muy grato”, afirma Ripstein.

Sin embargo, afirma, “vivir con ella es muy difícil, compartir la angustia es espantoso”. “Todo es su culpa, por eso digo lo que digo a veces”, bromea el director, quien se confiesa “a contrapelo de todo”, porque no posee Facebook ni página de Twitter. “No es que tenga yo razón, así soy”, declara.

ACTOR, LA FIGURA “MÁS FRÁGIL”

Para el director mexicano, los actores son las figuras más frágiles del rodaje. En sus palabras, es fácil quitarles la confianza, así que con ellos hay que ser amigo, amante, padre y madre para que no decaiga su ánimo.

En primer lugar, los escoge “por buenos”, porque “es muy difícil sacar a actores de la calle y que salga bien, así que quiero que tengan conciencia de su oficio”, ha señalado. Pero además, el cineasta busca que se parezcan a sus personajes, tal y como los ha planeado.

Ripstein también tuvo una etapa como actor, porque sentía curiosidad por “saber cómo se siente uno detrás de la cámara”. “Pero ninguna de ellas fue memorable”, asegura.

Para el cineasta, todos los elementos de un rodaje, desde la iluminación hasta los elementos decorativos, son una sola cosa. “Lo que se quiere es que todo fluya, porque la fluidez es el verdadero sentido de las cosas y ahí está la hermosura”, ha dicho.

La ficción, a su juicio, es el lugar donde “todo es posible, incluso el dolor más profundo”. “La realidad, en cambio, no tiene precisiones, pero la ficción sí”, señala.