La compañía de teatro y danza Bilateral 37 pondrá en escena el próximo 28 de septiembre su primer montaje ante el público de Las Palmas de Gran Canaria. El de SECA es, por lo tanto, un doble estreno que tendrá como escenario la Sala Miller de la capital grancanaria: supone la primera puesta en escena de una pieza después de meses de intenso trabajo creativo y ensayos y, a la vez, es la carta de presentación de un nuevo ‘actor’ en el ecosistema escénico de las islas. SECA es, por lo tanto, un ejercicio doble de presentación: el de un montaje que se basa en el mito lorquiano de Yerma, una obra que sigue totalmente vigente pese a los casi 90 años que pasaron desde que surgiera del genio de Federico García Lorca, y el de una pareja de ‘teatreros’ que llega a la isla después de muchos años de experiencia en los escenarios de Latinoamérica. El montaje cuenta con la ayuda a la producción convocada por el Instituto de Desarrollo Cultural del Gobierno de Canarias y se estrena bajo el paraguas del programa Es Jueves Es Teatro de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.
‘SECA’ tiene como punto de partida el regreso de Yerma a su pueblo después de haber cumplido condena tras el asesinato de Juan (su marido). “Nos apropiamos de la historia de Yerma, pero fuera del margen temporal que propone la obra. Y decidimos contar una ficción que respondiera a nuestro imaginario y la necesidad de contar qué pasó con Yerma después de Yerma. Desde ahí partió nuestro trabajo, de la decisión de no hacer una nueva versión de Yerma, sino repensar la dramaturgia y cambiar el foco sobre la historia creada por Federico”, señala Daniel Castro, miembro de la compañía y director del montaje. Una reinterpretación que aúna texto y danza flamenca contemporánea que descansa en el trabajo de la actriz y bailaora grancanaria Virginia Arencibia que regresa a la isla después de más de una década de escenarios en la exigente cartelera teatral de Buenos Aires y trabajos en otros países de Latinoamérica. Y justo desde el otro lado del charco (Castro ha desarrollado su actividad profesional en Chile y Ecuador) llegan con un modelo que se fundamenta en cuestiones como la autogestión, el trabajo de ‘trincheras’ (han elaborado los decorados rescatando elementos arquitectónicos y muebles de barrancos y vertederos de la isla) y el gusto por un teatro “crítico, comprometido y alejado de una parrilla programática cargada al divertimento”, señala Castro.
“Nuestro planteamiento”, indica el director, “no se instala desde la simple idea de complacer al público, ni tampoco cumplir con las expectativas de lo que es un show teatral. Más que anhelar la aceptación pública, nuestras aspiraciones apuntan a poner al teatro como un espacio generador de diálogo y reflexión. Esto no quiere decir que no nos encontremos con un montaje rico en colores, formas, tensiones y entretenciones. Si no más bien, que la forma y el fondo cobran similar importancia”, añade.
El resultado es una obra con un fondo muy potente que alterna el texto con verdaderas explosiones de baile flamenco que sirven para ir encajando las diferentes piezas de un camino de crecimiento personal del personaje hacia la libertad de pensamiento. El espacio sonoro lleva la firma del prestigioso compositor Samuel Aguilar (que cuenta con numerosos premios internacionales y nacionales por su trabajo en montajes escénicos) y con el vestuario de otra ilustre: Yaiza Pinillos (que entre otros ha vestido al Ballet Nacional de España o a la bailaora Olga Pericet). La iluminación, fundamental como recurso escénico, corre a cargo de Cristina Alba Moyano, una habitual de la escena en Canarias que puede presumir de haber puesto luz, también, a artistas de la talla de Les Luthiers, Aerosmith o Alejandro Sanz.