Hace un par de meses, muy pocos, me comenta la periodista Ángeles Horna que la hija de Pedro González Sosa, Marieta, le había dicho que su padre había ordenado una colección de fotografías con personajes a los que entrevistó durante los años 50 y 70. Una crónica documentada de una etapa en la que Gran Canaria era escala obligada de vuelos intercontinentales y, también, un destino turístico de primer orden en España. Pedro no creía que fuera de interés, ni motivo de exposición, pero allí fui con el responsable del departamento de fotografía histórica de la FEDAC, Gabriel Betancor, para decirle que la colección tenía un interés extraordinario para conocer una época y que se iba a digitalizar toda y a preparar una exposición.
En apenas tres meses se ha hecho realidad la exposición con el nombre -acertado- que sugirío: 'Las Palmas de Gran Canaria. Parada y fonda' y, con ella, un merecido homenaje al veterano periodista de sonrisa franca y bronca directa a los políticos cuando se retrasaban en alguna convocatoria, dejando boquiabiertos a los jóvenes plumillas que veían en González Sosa un señor maduro curtido por décadas de trabajo periodístico, más bien amable y tranquilo, pero en cuanto alguien abusaba de su paciencia (la de todos los periodistas convocados) aparecía su retranca frente a la falta de respeto.
Pedro, además de periodista, es cronista oficial de Guía, miembro de la Academia de la Historia de España y de Venezuela, entre otros muchos cargos en los que desempeña su labor de investigación y documentación. Como periodista destaca su trabajo en El Eco, Radio Atlántico, Radio Nacional, TVE y en la Agencia Efe. Además de ser el último director de una publicación fundamental en la historia del turismo canario: 'Costa Canaria'.
La exposición de fotografías recoge numerosas imágenes de famosos a los que entrevistó en su paso por la isla. Políticos, artistas, aristócratas, científicos, turistas... que reflejan una época en la que había que buscar las noticias, sin los medios tecnológicos y de comunicación de hoy en día. Toda una exhibición de lo que supuso el viaje y la conectividad para esta isla cuando sólo existía un vuelo diario que llegaba de noche al aeropuerto de Gando, un cuatrimotor procedente de Madrid del que se enteraban gracias a los 'cómplices' que en los hoteles le facilitaban la relación de huéspedes (Santa Catalina, Parque, Metropole, Monopol, luego el Reina Isabel...), de la compañía aérea o del aeropuerto. O en el Puerto. Otra cosa era localizar al personaje y que éste deseara ser entrevistado. En realidad, el homenaje a Pedro era un reconocimiento a una época de periodismo de riesgo para la profesión y de papel destacado de nuestro aeropuerto y puerto que nos permitían conocer un mundo extraño y contradictorio para una España aislada.
Pedro González Sosa pertenece a una familia numerosa de la que también destaco a su hermano Manuel, destacado escritor y poeta, de una amabilidad exquisita que además fue el autor de numerosas guías turísticas de Gran Canaria y la provincia para la editorial Everest, con quienes yo colaboraría posteriormente a la gran labor realizada por el escritor.
Una buena exposición que muestra el periodista de calidad y entrega, y también el periodismo de viajes y turismo que a tantos profesionales nos ha tocado realizar...